Brasil es el quinto mayor productor de textiles y el cuarto en prendas de vestir a nivel mundial.
Virgilio L. González, Ph.D., Corresponsal de TP
Latinoamérica cubre alrededor del 5% del mercado textil mundial y se ha venido recuperando luego de lo que significó el efecto de la pandemia del Covid-19. Se estima que para la región, pueda percibirse un incremento de la producción entre un 2 y un 4%.
Dentro de esta región geográfica, Brasil figura con una tradición textilera de casi 200 años, la cual ha tenido gran influencia en el contexto mundial, no solamente desde el punto de vista tecnológico sino también por las dimensiones del mercado que cubre.
La situación cambiante debido a las recientes guerras entre Rusia y Ucrania y el conflicto árabe – israelí, también ha hecho que las políticas empresariales cambien. Adicionalmente, las cadenas productivas se están reorganizando y las empresas latinoamericanas tienen el reto de aprovechar los vacíos que han dejado desde 2020 los grandes competidores mundiales.
Brasil es el quinto mayor productor de textiles y el cuarto en prendas de vestir a nivel mundial. Igualmente, es el sexto mayor productor del mundo en denim, llegando a ser de la misma manera, autosuficiente en su producción de algodón. Es además el cuarto mayor productor mundial de tejidos de punto.
Textiles y Confecciones
Brasil manufactura en el orden de los 8 mil millones de prendas de vestir al año, siendo referencia mundial en materia de jeanswear, beachwear y homewear. En los últimos años también ha ganado buena parte del mercado internacional en ropa masculina, femenina e infantil, además de ropa interior y fitness.
La Asociación Brasileña de la Industria Textil y de la Confección (ABIT), reportó que hay inscritas 27,5 mil empresas textiles instaladas empleando más de 1,33 millones de trabajadores, y generando empleos indirectos a 8 millones de personas.
El pasado año, el perfil de los textiles y confección brasileña fue el siguiente:
- Facturación de la cadena textil y confección: 36 mil millones de dólares (190 mil millones de BRL);
- Producción textil promedio: 2,16 millones de toneladas;
- Producción media de ropa: 8,1 mil millones de piezas;
- Exportaciones sin fibra de algodón: 1,14 mil millones de dólares; y
- Importaciones sin fibra de algodón: 5,9 mil millones de dólares.
A grandes razgos, Brasil importa textiles principalmente de China, con más del 54% de sus necesidades, seguido de Bangladesh, India y Vietnam. Entre enero y marzo de 2022 llegaron a Brasil 18 mil toneladas de productos textiles chinos, frente a 11,6 millones de toneladas del primer trimestre del año anterior. Esto se debe a que concluyó un acuerdo que establecía restricciones a la importación de textiles desde la China, vigente hasta diciembre pasado. Esto justificó la visita del presidente brasileño Luis Lula da Silva para negociar el restablecimiento de dichas restricciones en aras de proteger la industria nacional de su país.
La balanza comercial de Brasil en materia textil por tanto es negativa y sus inversiones están en el orden de los 4,9 mil millones de dólares.
Brasil ha sabido aprovechar los convenios con otras naciones latinoamericanas, y sus economías de escala, ayudándolo a penetrar estos mercados. Conviene también recordar que Brasil superó parcialmente la grave recesión que sufrió en 2017, cuando decenas de miles de puestos de trabajo se perdieron. Se espera que poco a poco, este país mejore su balanza comercial y se mantenga líder en las áreas textiles y de la confección internacional.
La moda brasileña figura también importante en el mundo, ostentando el quinto lugar, con más de 100 escuelas y facultades de estudios superiores de moda. Elabora alrededor de 8,1 mil millones de prendas de vestir anualmente.
Con el descubrimiento de Presal, gigantescas reservas petroleras descubiertas, contribuirán a que Brasil deje de ser importador y se convierta en exportador de la cadena Sintética textil mundial. Por ello no es difícil percibir que este país conserve la cadena textil productiva completa, desde la producción de fibras como las plantaciones de algodón, hasta sus desfiles de moda, pasando por hilanderías, tejidos, acabados y confecciones, apoyados también por un fuerte comercio minorista.
Brasil sigue siendo referencia mundial en diseño de modas, mostrando fortalezas en jeanswear, homewar y ropa de playa, habiendo también logrado crecimiento en la manufactura en los segmentos de lencería y fitness. Expertos internacionales catalogan la moda brasileña como Intrigante, Interesante, Dinámica, Sustentable y Creativa. Como ejemplo, María Angélica Rodríguez, gerente de mercadeo de Vicunha para América Latina en este sentido señaló que su empresa incursionó en la ropa hecha con cáñamo que “es la fibra más sostenible que existe, mucho más que el algodón , porque requiere menos tierra, no usa fertilizantes ni pesticidas y se puede cultivar en diferentes climas.”
Tercera Edición de 2024