La moda sostenible se está convirtiendo en un factor importante en el campo de la moda.
Gabriel Farías Iribarren, especialista textil argentino
Las tendencias de compra están cambiando. La confianza del consumidor sobre el producto, su procedencia y su proceso de producción se está convirtiendo en una fuerza poderosa que dicta cómo las empresas deben operar si quieren seguir siendo relevantes.
Por consiguiente hay que responder a las demandas del mercado desde un abastecimiento responsable y una producción sostenible.
Moda sostenible con acciones conscientes
No hace mucho tiempo las celebridades expresaban sus preocupaciones acerca de la situación de los animales. Poco después, usar la piel de los mismos para vestirse se convirtió en poco menos que un pecado capital.
Ahora, se ha producido un cambio de orientación desde los animales al entorno de los materiales de fuentes sostenibles, y los cuales preservan el frágil equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
La moda sostenible va en camino de convertirse en una importante corriente dentro del sector y, al hacerlo, va apareciendo lentamente pero sin pausa en las tiendas de las marcas más populares del mundo.
No se trata de ser “estar más de moda”. Más bien, se trata de ser sostenible sin comprometer el estilo. Es encontrar la combinación perfecta, el equilibrio justo, entre verse bien y sentirse bien con lo que se compra y lo que se viste.
Colecciones conscientes
Las colecciones “conscientes” de las diferentes marcas revelan la utilización de nuevos materiales de origen sostenible, el uso de tejidos reciclados, y materias primas utilizadas en accesorios tales como vidrio reciclado y diamantes de imitación. Estas colecciones sorprendentemente eficaces en reutilización y reciclaje, también han expandido la utilización de fibras orgánicas, como el algodón orgánico certificado.
De todos estos hechos y de esta situación se desprenden las “etiquetas conscientes” que indican que una marca es sustentable y responsable. A través de ellas, las empresas textiles buscan posicionar a sus marcas como líderes mundiales en la carrera por la sustentabilidad.
Marcas responsables
La mayoría de las marcas globales y las grandes cadenas de distribución de moda tienen un equipo exclusivamente dedicado a la producción sostenible y responsable. Su gestión tiene una importante influencia para dirigir la marca a través del camino que la conduce a reposicionarse como una empresa líder en sostenibilidad en lugar de ser solo un gran proveedor de ropa de moda.
Teniendo en cuenta el aumento de la concientización de los consumidores acerca de las prácticas éticas y del abastecimiento sustentable, esto es una estrategia segura de cada una de esas marcas para ganar la etiqueta de “responsable y sostenible” en todo el mundo.
Compromiso con el cliente
En el mundo globalizado de hoy, con el abastecimiento desde los mercados emergentes, es un sello distintivo que una empresa esté dispuesta y se comprometa a ser una fuerza perturbadora positiva en las comunidades locales.
Estas grandes empresas pueden hacer la diferencia y utilizar su influencia para promover mejores condiciones de trabajo, reducir los impactos ambientales, y respetar los derechos en toda su cadena de valor.
Mediante la introducción de acuerdos globales con los sindicatos, las marcas trabajan en la creación de mejoras para los trabajadores y sus familias, incluidos los derechos sindicales, la negociación colectiva y los salarios justos.
Garantizar salarios dignos se ha transformado en un elemento clave de la política empresarial de la industria textil en los últimos años. Para establecer ejemplos de buenas prácticas se han ampliado las aplicaciones del método de salario justo en las fábricas de los proveedores estratégicos y las empresas han comenzado a publicar su lista de proveedores. En este sentido y para ampliar aún más la transparencia se han incluido las fábricas de suministros y de materias primas.
Fuerza para el éxito
Lo que los consumidores ven cuando entran a una tienda y se dirigen a las estanterías donde están las prendas es algo más que ropa. Es la prueba y la garantía de lo que las empresas de la moda han hecho para convertirse en una fuerza positiva para las comunidades locales que contribuyen a su éxito.
Para llegar más allá de esa cadena de valor, las fundaciones de esas compañías están invirtiendo en las personas y en las comunidades donde elaboran su producto. A través de diferentes proyectos de colaboración entre las fundaciones y esas comunidades, estamos asistiendo a un cambio de cultura empresarial orientada hacia ganar-ganar que se centra en las mejoras de la vida de las personas en una escala global.
En conclusión, vivimos en tiempos dinámicos, ya que el acceso a la tecnología y a la información no tiene precedentes, y como resultado, las personas somos cada vez más conscientes de nuestros efectos sobre el planeta, tanto sean adversos como positivos.
Los recursos del mismo no son infinitos y el reciclaje, por ejemplo, ya no es una cuestión de prestigio, sino de necesidad extrema.
La aceptación de la diversidad y la inclusión se han convertido en los pilares de la forma en que las compañías hacen negocios en el extranjero y promueven un ambiente de prácticas seguras y con conciencia social.
Una cadena de aprovisionamiento sostenible y responsable conduce a las empresas de modas al éxito propio y al del planeta. Hacerlo posible es nuestra responsabilidad.
Noviembre-Diciembre de 2016
