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a producción textil ha estado al centro de la evolución en manufactura desde tiempos
antiguos. Los textiles tocan tantos aspectos de la vida de una persona, y las maneras de elaborar y
mejorar los textiles han avanzado desde hace milenios.
Los desarrollos en la tecnología textil figuraron prominentemente en el crecimiento de la
							actividad manufacturera que definió la Revolución Industrial. Por otro lado, la conversión de
							procesos básicamente manuals en procesos accionados por energía, así como las tecnologías de
							consumo de energía, y el creciente uso de procesos químicos tóxicos cuyos residuos son descargados
							en el medio ambiente, contribuyeron significantemente a la aceleración de la degradación del medio
							ambiente que se ha convertido en la marca de desarrollo industrial. 
En apoyo de los esfuerzos realizados en años recientes para reversar los impactos de esta
							degradación en la calidad de vida y el balance dentro del ecosistema de la tierra, la industria
							textil está preparada nuevamente para desempeñar un papel importante. 
Muchos manufactureros textiles están rediseñando procesos y productos con el fin de reducir
							su impacto en el medio ambiente, y de paso, están reduciendo el uso de energía y reemplazando los
							combustibles fósiles con energías renovables y alternas cuando sea posible o práctico. 
También están reduciendo el uso de agua y los volúmenes de desperdicios y emisiones, y
							reclamando y reciclando materiales que de otra manera se perderían y dándoles un propósito
							renovado. Están seleccionando procesos químicos más apropiados para la tierra y las personas para
							reemplazar los procesos más tóxicos. Y estas medidas no solo reemplazan el balance ecológico y
							protegen la salud humana, sino que también ofrecen a menudo un beneficio fiscal para la compañía. 
Aquí se presentan algunos ejemplos de manufactureros textiles que están transformando sus
							operaciones en modelos más sostenibles, con énfasis en energías renovables y alternas y en mejores
							eficiencias, teniendo en cuenta otros aspectos de sustentabilidad. 

Una instalación fotovoltaíca, de 17 kilovatios-hora, en la planta Kyle, de Interface Inc,
en LaGrange, suministra una porción de las necesidades de electricidad de la planta.
							Interface
							
							
El fabricante de alfombras Interface Inc., basado en Atlanta, Estados Unidos, ha estado
							midiendo el progreso en su jornada para convertirse en “una empresa restaurativa” – o sea que, en
							última instancia da más al planeta de lo que le quita – de acuerdo a Ray Anderson, fundador y
							presidente de la empresa. Anderson tiene la noción de que los negocios y la industria deben tomar
							el liderazgo para reversar el daño ecológico que han causado. 
La meta de la compañía es la de reducir su impacto ambiental a cero para el año 2020,
							incluyendo el derivar todas sus energías usando recursos renovables. El esfuerzo de la firma para
							alcanzar dicha meta incluye también el mejoramiento de los procesos de manufactura para reducir el
							uso de energía; la modernización de los sistemas de calentamiento, ventilación y aire
							acondicionado; la instalación de tragaluces; y mejorías en la eficiencia de los sistemas de
							iluminación artificial. 
Desde 1996, Interface ha reducido su uso total de energía por unidad de producción en sus
							plantas de manufactura de alfombras en un 44%, y el uso de energía no renovable por unidad en un
							60%. Energía renovable tal como solar, hidroeléctrica, gas tipo LFG, y geotérmica, proven ahora el
							28% del total de las necesidades energéticas de la empresa. Siete de sus plantas de manufactura
							usan electricidad 100% renovable; y el 89% de su energía eléctrica total es de fuentes renovables,
							incluyendo energía recibida directamente de la red de energía, adquirida comocertificados de
							energía renovables (RECs en inglés). 

La planta de gas tipo LFG en LaGrange, Ga., recolecta gas de metano y lo distribuye a
plantas manejadas por Milliken Carpet e Interface Inc. para proveer parte de sus necesidades de
energía.
							Milliken & Company
							
							
Milliken & Company, de Spartanburg, S.C., Estados Unidos, es un fabricante de textiles y
							productos químicos. La compañía ha estado midiendo su consumo de energía desde comienzos de la
							década de los 90. De acuerdo a Cassidy Carlile, director de medio ambiente corporativo, la empresa
							generalmente fija metas de reducción de energía de 5 a 10% al año. 
Su emisión de gases contaminantes de la atmósfera se ha reducido en un 28% desde el año 2000.
							Cuando se agrega la secuestración de carbono en los vastos bosques de la compañía, ésta es
							considerada como un fabricante de carbono negativo – el único fabricante textil o de alfombras que
							ha alcanzado tal distinción. 
Milliken recibe del 5 al 10% del total de sus necesidades energéticas de su planta
							hidroeléctrica en Carolina del Sur, la cual provee energía a un par de plantas locales, y vende el
							resto localmente. La planta de fabricación de alfombras en LaGrange, Ga., usa más del 80% del gas
							tipo LFG producido en el basurero de LaGrange. Los gases tipo LFG comprenden el 20% del combustible
							de caldera comsumido en la planta Milliken. 
Desde mediados de la década de los 90 se han usado bio-sólidos de agua de desperdicio como
							combustible de caldera en las plantas de Milliken donde son generados. “Esto nos ha permitido sacar
							los bio-sólidos de los basureros y obtener valor energético de ellos”, dijo Carlile. La compañía
							también distribuye desperdicios sólidos a plantas de conversión de desperdicios a energía (WTE),
							para uso por otras entidades. 

La planta de gasificación de Shaw Industries en Dalton. Ga., convierte desperdicios de
alfombra post-industriales y acerrín de madera a energía de vapor para reemplazar el uso de
combustibles fosilizados en una planta de laminado adyacente.
							Shaw Industries
							
							
Shaw Industries Inc., basada en Dalton, Ga., es un fabricante de alfombras, laminados y
							productos para el piso. La empresa convierte anualmente unas 180.000 toneladas de desperdicios de
							alfombras post-industriales, así como acerrín de madera, en energía de vapor en su planta de
							gasificación tipo WTE localizada en Dalton, y reporta que la energía producida en dicho lugar
							ahorra más de 2.5 millones de galones de combustible fosilizado en una planta de laminado
							adyacente. 
También está en marcha otro proyecto denominado Re2E (Reclamo-a-Energía), y el cual
							convertirá más de 38.000 toneladas de alfombras post-industriales para proveer más del 90% del
							vapor y el 50% de las necesidades de electricidad a una de sus plantas de alfombras en Dalton. Se
							espera que el proyecto reducirá considerablemente los costos de producción de vapor. 
La planta de hilados de Shaw en Andalusia, Ala., está reemplazando parte del combustible
							diesel que apoya al gas natural usado en su operación con bio-diesel derivado de aceite de cocina,
							el cual recolecta de negocios locales, empleados y la ciudad de Andalusia. Cary Baker, jefe de
							operaciones de la planta, dijo que la “grasa amarilla” reduce los costos de combustible de la
							planta así como los costos de desecho incurridos por los suministradores. 
“Hasta la fecha, hemos ahorrado probablemente de $10.000 a $12.000 dólares al año” dijo
							Baker, añadiendo que los ahorros son transferidos a la cuenta de flete de la compañía para mejorar
							su competitividad en dicha área de negocios. 
Estas medidas apoyan la meta de Shaw de derivar el 10% de su energía de fuentes alterenas
							para el año 2017, así como para reducir los desperdicios enviados a los basureros municipales. 
							Victor Group
							
							
La energía hidráulica es la fuente de más del 91% de la energía usada en sus plantas por
							Victor Group Inc., un fabricante canadiense de tejidos para la confección, de uso residencial y al
							contrato. 
Además, la planta de manufactura de la compañía localizada en Fall River, Mass., compensa una
							porción de su uso interno de electricidad con los RECs de las operaciones canadienses, y está
							invirtiendo en opciones de energía alterna local para usos futuros, de acuerdo a Paul Bennotti,
							director de mercadeo. 
							FesslerUSA
							
							
FesslerUSA, de Orwigsburg, Pa., es un productor de tejidos planos y tejidos de punto que
							espera proveer el 90% de sus necesidades de electricidad de una planta solar de 1 megavatio, que
							está planeada para su planta de manufactura en Deer Lake, lo que le permitirá obtener ahorros
							considerables en costos de energía. 
La compañía también ha instalado más iluminación eficiente y mandos de velocidad variable en
							algunos motores, así como pintura reflectiva en donde pueda ser efectiva, de acuerdo a Jenny Russo,
							analista de finanzas. 
Enero-Febrero de 2010