El Acuerdo CAFTA Se Enfrenta A Una Fuerte Oposicion


D
espués de un año y nueve rondas de intensas negociaciones, la Oficina del Representante
de Comercio de Estados Unidos (USTR), anunció recientemente que los Estados Unidos y los países
centroamericanos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua han alcanzado una decisión final
para la creación del Acuerdo de Libre Comercio en Centro América (CAFTA, por su siglas en inglés).

El acuerdo debería haber incluido también a Costa Rica, pero este país se retiró de las
negociaciones durante la ronda final para realizar consultas más detalladas antes de firmar el
acuerdo.

De acuerdo al anuncio de la USTR, el texto de la resolución de la creación de CAFTA será
dado a conocer plenamente dentro de poco, y si es aprobado por el Congreso norteamericano, el
Presidente Bush firmará el tratado poco después.

Robert B. Zoellick, de la USTR, declaró que el tratado de CAFTA servirá para “apoyar la
estabilidad, la democracia y el desarrollo económico de esta región centroamericana”. De acuerdo a
Zoellick, el comercio combinado de bienes totales entre estos cuatro países centroamericanos y los
Estados Unidos se remonta a la cifra anual de $15.400 millones de dólares.

Además, de acuerdo a las últimas cifras divulgadas por el Departamento de Comercio de
Estados Unidos, Centro América se ha convertido en el mayor exportador de confecciones a los
Estados Unidos. Las importaciones de prendas provenientes de esta región se incrementaron en un
6.4% en los primeros 10 meses del 2003, en comparación con los primeros 10 meses del 2002.

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Hermosa vista nocturna de Miami, EE.UU., puerta de entrada de muchos productos textiles
procedentes de Centro América.


Los partidarios

Después del anuncio del acuerdo, el señor Wilbur L. Ross, presidente de la junta de
Burlington Industries Inc., basada en Greensboro, N.C., dió a conocer una declaración en la que
afirma que la creación de CAFTA constituye “buenas noticias para la seguridad de los empleos de los
4.400 trabajadores de Burlington”.

Burlington Industries forma parte de un grupo de distribuidores de textiles y de empresas
textiles y de confección que hicieron propuestas durante las negociaciones de CAFTA. De acuerdo a
la declaración de Ross, muchas de las provisiones propuestas por Burlington fueron incluidas en el
acuerdo.

Además de operaciones en los Estados Unidos, Burlington Industries también tiene plantas de
manufactura en México. Según los expertos, esta planta se beneficiará del acuerdo debido a que los
hilados y los tejidos fabricados en México y Canadá y usados para la elaboración de pantalones y
prendas de lana gozarán del tratamiento preferencial conocido como “excepción de la regla de
origen”.

La Asociación Norteamericana de Fabricantes de Confecciones y Calzados (AAFA), basada en
Arlington, Va., también salió en defensa del acuerdo comercial. En una declaración emitida por la
AAFA, el señor Kevin M. Burke, presidente del grupo, dijo: “Estamos muy complacidos que el acuerdo
incluyó varias provisiones claves que el grupo estaba buscando relacionadas con textiles,
confecciones y calzado”. Sin embargo, Burke agregó que la AAFA estaba un poco desanimada por otros
elementos del acuerdo, incluyendo el retiro, aunque provisional, de Costa Rica.


Los críticos

El anuncio del acuerdo también dió surgimiento a varias quejas de otros sectores textileros
de Estados Unidos. La Junta de Directores del Instituto Norteamericano de Manufactureros Textiles
(ATMI, por sus siglas en inglés), dijo que se “opondría vigorosamente” al acuerdo y que iba “a
urgir su derrota en el Congreso”.

La ATMI emitió una declaración en la que describe a CAFTA como un acuerdo que “destruiría
trabajos” porque contiene “acuerdos separados que eliminan trabajos en los Estados Unidos”, y que
resultaría en la pérdida de miles de empleos en el sector textilero del país. De acuerdo a la ATMI,
estos acuerdos incluyen:

•    una provisión que permite que los hilos y los tejidos fabricados en
México y Canadá sean utilizados para la fabricación de pantalones y prendas de lana;

•    una provisión que permite que los hilos y los tejidos fabricados en Asia
sean usados en la elaboración de brasieres, pantaloncillos y prendas para dormir;

•    una provisión que permite que los hilos fabricados en Asia sean usados
en la elaboración de prendas fabricadas en Nicaragua;

•    la falta de una cláusula de “eliminación” para aquellos países que no se
aseguren de que se cumplan todas las reglas del acuerdo;

•    la elevación de los niveles de “mínimos”, de un 7% a un 10%;

•    la inclusión de reducción de tarifas retroactivas a enero del 2004 para
los distribuidores e importadores de prendas;

•    la inclusión de reducción de tarifas para productos fabricados con
bolsillos, entreforros, cinturillas y pasamanerías procedentes de Asia; y

•    una provisión que permite usar hilos fabricados en Asia en la
elaboración de prendas de lana.

De acuerdo a la ATMI, a través del proceso de negociaciones de CAFTA, la administración
norteamericana no tomó en cuenta las propuestas de la industria para proteger los trabajos textiles
del país, asegurando un acuerdo beneficioso para ambas partes.

La Coalición de Acción Comercial de Manufactura Norteamericana (AMTAC, por sus siglas en
inglés), se unió a la ATMI en su oposición al acuerdo.

El criticismo emitido por grupos comerciales manufactureros tales como la ATMI y la AMTAC,
así como por organizaciones laborales tales como la AFL-CIO, representan una amenaza para la
aprobación del acuerdo por el Congreso norteamericano.

Muchos analistas políticos creen que la administración del Presidente Bush se encarará a
alguna resistencia en el Congreso, especialmente de aquellos que representan estados con una fuerte
base de manufactura textil tales como las Carolinas y Georgia. A última hora, se anunció el
re-ingreso de Costa Rica a las negociaciones finales.

Julio-Agosto de 2004

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