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e acuerdo al Dr. Pier Luigi Loro Piana, co-propietario de la famosa empresa italiana que
lleva su nombre, el débil periodo económico que está pasando la industria textil en la actualidad,
está a punto de terminar. Pero, una vez que se salga del túnel, el escenario al que se enfrentarán
los sobrevivientes será diferente a la configuración básica que se ha establecido desde el comienzo
del nuevo milenio.
La compañía Loro Piana, al igual que muchas firmas del sector, ya ha sobrevivido en el
pasado varios periodos recesionarios, incluyendo el de la “crisis petrolera” de mediados de la
década de los 70. La principal diferencia es que, en aquella época (hace menos de 30 años), la
competición mundial era virtualmente inexistente, al menos en el sector altamente especializado de
los tejidos de lana fina de gran calidad.
Por contraste, en el actual mercado internacional de esta industria específica se encuentran
varias firmas emergentes que pueden contar con un “paquete” formidable de ventajas competitivas:
desde la disponibilidad de materias primas locales hasta ayudas financieras estatales, costos
laborales muy bajos, e incluso la posibilidad de trabajar virtualmente sin restricciones
relacionadas con la seguridad y el medio ambiente.
Pero es aún peor el caso del pliagarismo de artículos, incluyendo la copia de productos y
marcas comerciales. Esto es un problema tan grave que algunos gobiernos han empezado a tomar
medidas para combatir el contrabando de artículos plagiarizados.
Pero, ¿Qué pueden hacer las compañías individuales para enfrentarse a tal amenaza? De
acuerdo al Sr. Loro pIana, no hay “fórmulas” para cada caso sino que es necesario, primero que
todo, proteger las marcas comerciales de los productos manufacturados, en términos de excelencia,
calidad, servicio y valor.
Y para asegurar y mantener estas cualidades dentro de las empresas individuales, es
necesario realizar inversiones para la innovación de productos y procesos, así como para el
servicio al mercado y los modos de comunicación, creando así un círculo virtuoso para proteger el
potencial general del sistema corporativo.
En una nota más optimista, el Sr. Loro Piana expresó su confianza en el futuro, diciendo
que, a medida que se incrementa el bienestar doméstico, los países de la competencia se pueden
convertir a la vez en nuevos mercados para los textiles de superior calidad.
Por supuesto, es necesario encontrar también modos apropiados para penetrar en tales
mercados, como por ejemplo, estableciendo plantas de producción en el sitio, y diversificando la
estructura tradicional de la compañía para incluir sectores más cercanos al usuario final, creando
segmentos innovativos dedicados a la manufactura y distribución de prendas.
A la izquierda aparece Pier Luigi Loro Piana, acompañado de su hermano Sergio. Los dos
empresarios actúan como presidentes de Loro Piana por un periodo rotacional de tres años cada
uno.
Una empresa modelo
La visión, la pericia y la aceptación de riesgos empresariales, han contribuido al
crecimiento acelerado de Loro Piana desde la década de los 80, hasta el punto de convertirse en la
actualidad en una empresa modelo, que puede servir de ejemplo de éxito para otras compañías del
sector.
Nativa de la región de Trivero, la familia Loro Piana ha estado dedicada al comercio de los
tejidos de lana desde comienzos del siglo 19. Con el inicio de la industrialización, a finales de
ese siglo, la empresa se trasladó a Valsesia con el nombre de Lanificio F.llo Loro & Company,
la cual fue seguida, a principios del siglo 20, por Lanificio di Quarona di Zignone & C.,
localizada en la misma área.
El consorcio actual fue fundado en abril de 1924 por Pietro Loro Piana, quien apoyó
fuertemente las innovaciones tecnológicas, y fundó más tarde “Ing. Loro Piana & C.” en Corso
Rolandi, en donde todavía funcionan las oficinas principales. En 1941, las riendas de la empresa
pasaron a manos de Franco Loro Piana, sobrino del fundador, y quien se hizo famoso en el mundo de
la moda de prendas para hombres y mujeres.
Después de la II Guerra Mundial, Loro Piana lanzó a los mercados europeos, norteamericanos y
japoneses, productos elaborados con lanas finas de gran calidad, así como de pelos finos, tales
como cachemira.
En la década de los 70, Sergio y Pier Luigi Loro Piana, hijos de Franco Loro Piana, se
unieron a la companía como directores administrativos, reemplazando a su padre, y sirviendo como
presidentes de la empresa en periodos rotativos de tres años cada uno.
Pier Luigi se ha vuelto famoso por su dedicación especial al campo de la innovación de la
maquinaria, equipando a las plantas de la empresa con “lo mejor” disponible en la cadena de
maquinaria textil.
En la década de los 90, la compañía comenzó su expansión más allá de las fronteras
italianas, con iniciativas de producción en Estados Unidos, China, y Mongolia, y la apertura de
oficinas de ventas en los principales mercados mundiales.
Subsidiarias
Además de sus plantas en Italia, que incluye instalaciones en Quarona, Roccapietra, Ghemme,
y Borgosesia, Loro Piana tiene como subsidiarias a Filatura C.B. (hilatura de lana peinada), SDM
Magliere (tejidos de punto), así como a “Warren of Stafford”, localizada en Stafford Springs,
Connecticut, Estados Unidos, y la cual adquirió en 1988 para servir al mercado norteamericano.
La compañía utiliza materias primas de excelente calidad, incluyendo cachemira de China y
Mongolia, lanas ultrafinas de merino de Australia y Nueva Zelandia, y pelos de vicuña de Perú.
Gracias a un acuerdo firmado con el gobierno peruano en 1994, Loro Piana obtuvo los derechos
exclusivos para re-introducir al mercado mundial esta famosa fibra de lujo.
Mayo-Junio de 2004