Conectar eslabones productivos y talento es un pilar en el reposicionamiento de la industria textil.
Arturo Huerta
América Latina tiene el potencial de convertirse en un hub competitivo en la cadena global de fibras-textil-vestido, aprovechando el nearshoring, la moda con identidad, sostenibilidad y TLC´s, este objetivo requiere una acción coordinada entre gobiernos, empresas, academia y sociedad, con políticas públicas claras, inversión estratégica y un enfoque en las ventajas competitivas de la región.
Asia, liderada por China, Vietnam y Bangladesh, domina el 50% de las exportaciones mundiales de la cadena textil, gracias a décadas de inversión, costos y logística.
Replicar su modelo no es la solución, América Latina puede destacar por su agilidad, valor agregado y sostenibilidad. La pandemia, los problemas logísticos y las tensiones comerciales han expuesto las fragilidades de las cadenas de suministro, planteando una oportunidad para la región. La pregunta es: ¿seguiremos dependiendo de insumos asiáticos o nos reinventaremos como un ecosistema ágil con identidad propia?
Este artículo, el primero de una serie de tres, aborda dos pilares fundamentales para el reposicionamiento de la industria textil: la integración regional de eslabones productivos y el desarrollo del capital humano. Si se dejan de lado, el nearshoring y la inversión no serán viables.
Integración Regional
Una cadena textil fragmentada carece de tracción. En muchos países latinoamericanos, la cadena fibras-textil-vestido opera de forma aislada, generando ineficiencias que afectan su competitividad:
- Tiempos de Producción Largos: En algunos casos, importar prendas terminadas es más rápido y económico que adquirir insumos localmente.
- Altos Costos Logísticos: Mover insumos entre plantas para distintos procesos encarece el producto final.
- Regulaciones Ineficientes: Restricciones a la importación de insumos sin alternativas regionales, que elevan costos en ciertos nichos.
- Falta de Trazabilidad y Calidad: La ausencia de integración dificulta la estandarización y el cumplimiento normativo.
- Subaprovechamiento de TLC: Menos del 50% de las exportaciones a mercados con TLC cumplen con reglas de origen.
Brechas Críticas
- Escasa producción regional de fibras sintéticas y artificiales (FAS).
- Limitada disponibilidad de algunas hilaturas (p.ej., números métricos superiores a 50) así como textiles de última generación.
- Déficit en servicios auxiliares, como laboratorios, tintorerías sustentables, unidades certificadoras y plataformas logísticas.
Aunque existen casos de integración vertical — como clusters en México (Puebla, La Laguna o el Bajío) o grupos en Colombia que abarcan la cadena completa — estos son excepciones y no la regla.
En contraste, el modelo asiático de producción vertical permite responder con rapidez a compradores internacionales.
Acciones para Integrar la Cadena
- Fomentar clusters binacionales que combinen fortalezas, p.ej., hilados en Perú, confección en Centroamérica y diseño en México o Colombia.
- Promover compras gubernamentales con contenido regional, especialmente para uniformes.
- Crear fondos sectoriales para reconversión industrial e innovación conjunta.
- Acceder a financiamiento internacional para producir FAS recicladas.
- Invertir en universidades y centros tecnológicos para desarro-llar fibras, optimizar procesos y modernizar líneas de producción.
Capital Humano
Sin capital humano calificado, no hay industria competitiva. América Latina cuenta con abundante mano de obra, pero carece de competencias para la industria moderna, como el manejo de maquinaria automatizada, sistemas CAD/CAM, control de calidad digital, gestión de inventarios inteligentes o certificaciones sostenibles. Además, el reemplazo generacional es un reto inminente: trabajadores con más de 25 años de experiencia pronto se jubilarán, y la industria no atrae a las nuevas generaciones debido a la falta de innovación, entornos colaborativos y conciencia social.
El déficit no solo afecta a operarios, sino también a roles clave:
- Ingenieros textiles capacitados en innovación.
- Diseñadores industriales enfocados en funcionalidad y sostenibilidad.
- Directores de planta y cadena de suministro con habilidades en análisis y liderazgo tecnológico.
- Líderes con visión global para posicionar marcas en el mercado internacional.
- Especialistas en análisis de datos para aprovechar la información acumulada en producción, logística y ventas.
Estrategias para Fortalecer el Capital Humano
- Formación Dual: Colaboraciones empresa-universidad, como SENATI (Perú) o SENAI (Brasil), para impulsar competencias tecnológicas e innovadoras.
- Programas de Capacitación:
- Programas Ejecutivos Regionales: Profesionalizar mandos medios y directivos en análisis estratégico y ciencia de datos.
— Upskilling: Actualizar habilidades en nuevas tecnologías para aumentar la productividad.
— Reskilling: Reubicar trabajadores en nuevos roles, como operar robots en líneas de producción.
Conclusión
América Latina no competirá con Asia en volumen o precios, pero puede destacar por agilidad, cercanía geográfica, valor agregado y cumplimiento normativo. Esto requiere una cadena integrada que funcione como un ecosistema y un capital humano que innove y lidere. El nearshoring es una oportunidad, no una garantía. En los próximos tres años, la región debe implementar acciones estratégicas para pasar de la resistencia a la relevancia global. Sin ellas, corre el riesgo de convertirse en un mercado dominado por productos asiáticos.
Próxima entrega: “Tecnología, automatización y sostenibilidad: los motores de diferenciación para la industria textil latinoamericana.”
Arturo Huerta es director de análisis de Specters Group, especialista en análisis estratégico y comercio exterior, con amplia trayectoria en el impulso a la industria y los negocios. ahuerta@spectersgroup.com; linkedin.com/in/ahuertaav
Tercera Edición de 2025