Cumplimiento Social WRAP en el Sector Textil

Mónica Escobar-Hertzoff, Directora de Operaciones WRAP Latinoamérica

La certificación WRAP ayuda a las empresas a construir un marco para una fabricación segura, legal, humana y ética.

Jannyn Solís, Editora Asociada

El cumplimiento social surge años atrás cuando diferentes fábricas de grandes marcas de ropa y calzado deportivo se vieron involucradas en escándalos en Bangladesh, Cambodia e inclusive en países de Centroamérica como Honduras, por contratar menores de edad para trabajar y por casos de discriminación y abuso. A partir de esos escándalos nace la idea del Cumplimiento Social como una forma en la cual las marcas puedan ser reconocidas por sus prácticas empresariales.

De acuerdo con Mónica Escobar-Hertzoff, Directora de Operaciones para Latinoamérica de Worldwide Responsible Accredited Production (WRAP), “Las fábricas actualmente tienen en cuenta que el ser socialmente responsables es eficaz y funcional, además porque les da reconocimiento internacional”. Mónica, quien es psicóloga por la Universidad de la Sabana de Bogotá, Colombia, con una especialización en Gerencia de Gestión Humana por la misma casa de estudios, impartió la conferencia “Beneficios de la Certificación WRAP en un mundo competitivo” en el marco de Expo Producción 2022, evento realizado en la Ciudad de México en noviembre pasado.

El cumplimiento social trae muchos beneficios a las empresas: genera mayor lealtad de los clientes, atrae a empleados de primer nivel que son más productivos y que no van a dejar el trabajo tan fácilmente, mejora los procesos de comunicación y capacitación interna, incrementa la productividad y crea una reputación positiva de la marca.

Cuando las empresas son responsables socialmente se vuelven más competitivas al tener procesos más eficientes. A esto se suma el hecho de que los compradores internacionales siempre van a buscar empresas que sean sostenibles y que cuenten con prácticas sociales, de ahí la importancia de contar con una certificación que avale a las compañías en este sentido.

Contexto Mundial del Cumplimiento Social

A nivel global, explica Mónica Escobar-Hertzoff, se está dando un fenómeno en donde las empresas están dejando de operar en China, lo cual se debe a varios factores. En primer lugar, existe una fricción comercial entre Estados Unidos y Asia que ha elevado los costos de las importaciones por el aumento en el costo de los fletes y el transporte de mercancías, así como por la demora en las entregas.

Por otro lado, añade la directiva de WRAP, en Asia es una realidad que el cumplimiento de los derechos humanos no se da, lo cual está afectando a las importaciones porque los compradores internacionales no quieren correr riesgos y ser objeto de sanciones.

“En la provincia de Xinjiang en China, por ejemplo, hay trabajo forzado. Todo lo que se produce ahí está vetado en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. Hay muchas industrias en esa provincia y el 85% del algodón que se produce en el mundo proviene de ahí, además de electrónicos, juguetes y mercancías de otras industrias, sin embargo, están vetadas en muchas partes del mundo porque son resultado del trabajo forzado”, señala Mónica.

Otro factor que dejó al descubierto la vulnerabilidad de las cadenas de suministros en varios aspectos y en específico en términos de cumplimiento social es el Covid-19, especialmente en algunos países de la región asiática.

Como resultado, las compañías están dejando Asia y buscando lugares cercanos para abastecerse, como es el caso de Latinoamérica, o lo que se conoce como nearshoring, lo cual abre las oportunidades para esta región y pone de manifiesto la necesidad de contar con prácticas de responsabilidad social y de sostenibilidad.

“Las compañías están buscando invertir en este momento en Latinoamérica por lo que las empresas tienen que prepararse, mejorar su infraestructura y seguridad” comenta Mónica, quien añada que en esta región existen buenas condiciones laborales para competir con otros países, mejores que las que existen en Vietnam, China y Cambodia, por ejemplo. En las fábricas de Latinoamérica no hay niños trabajando, pero aún hay que mejorar las condiciones laborales y trabajar en temas de discriminación y abuso, pero es cierto que en Latinoamérica no hay casos tan extremos como en Asia.

Con este panorama es claro que es un buen momento para que las empresas de Latinoamérica que aún no cuentan con una certificación de Responsabilidad Social trabajen en ello, ya que las oportunidades serán más si cuentan con la certificación.

Certificarse es un paso hacia la transparencia de las empresas.

¿Qué es WRAP?

El Worldwide Responsible Accredited Production (WRAP) es un programa de certificación de condiciones laborales, que promueve la fabricación segura, legal, humana y ética. Está enfocado en prendas de vestir, calzado y productos cosidos, y está en expansión hacia otros sectores relacionados. WRAP certifica exclusivamente fábricas textiles de todo el mundo, pero no certifica marcas.

El programa trabaja con las principales asociaciones de la industria textil como la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAIVE) en México, la Cámara de la Industria del Calzado (CICEG) en Guanajuato, México, la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas (CAMTEX) en El Salvador y la Asociación Hondureña de Maquiladores, entre otras, además en Estados Unidos WRAP es socio de la asociación más grande de ropa y calzado de ese país, la American Apparel & Footwear Association (AFFA).

Con su casa matriz en Arlington, Virginia, y representación en Europa, África, India, Bangladesh, Vietnam, Tailandia, China y en América Latina, WRAP, certificó a casi tres mil fábricas a partir del segundo trimestre del 2022 y hasta finales del año, que en conjunto emplean a más de 2.9 millones de trabajadores en más de 40 países. La meta de WRAP es llegar al 2025 con 5 millones de trabajadores de empresas certificadas, comparte Mónica.

La lista de empresas certificadas por WRAP incluye fábricas de Walmart, Disney, Costco, Sears, Kmart, Kontoor, Fruit of the Loom, Gildan, Jockey, Woolworth y Medline, por mencionar algunas.

Principios de Certificación

WRAP ofrece dos tipos de certificaciones en una, derechos humanos y CTPAT que es la certificación especializada en seguridad.

La fabricas que deseen certificarse con WRAP deberán ser auditadas y cumplir con los siguientes 12 principios:

  1. Cumplir con la legislación local laboral vigente.
  2. Bajo ninguna circunstancia deben permitir el trabajo forzado.
  3. Deben prohibir el trabajo infantil.
  4. Asimismo, no permitir el acoso y el abuso.
  5. Deben compensar y pagar a sus trabajadores de acuerdo a lo que dice la ley en el país. No solo el salario mínimo, sino todos los beneficios a los que tienen derecho los trabajadores por ley.
  6. No pueden exceder el número de horas laborales que especifica la ley y si lo hacen deben compensar a sus empleados en base a las tasas de pago establecidas.
  7. Deben prohibir la discriminación por edad, orientación sexual, opinión política, raza, nacionalidad, condición social, estatus socioeconómico, o cualquier otro.
  8. Deben brindar condiciones óptimas de seguridad y salud a sus empleados, las cuales tienen que ver con el lugar de trabajo, el ruido, la iluminación, la ergonomía de las instalaciones, etc.
  9. Permitir la libertad de asociación y negociación colectiva. No es un requisito que la fábrica cuente con sindicato para obtener la certificación. Ahora que si lo tiene debe mostrar cómo funciona.
  10. Contar con políticas de medio ambiente como el manejo de sustancias sólidas y líquidas, así como el tratamiento de aguas residuales, por mencionar algunas.
  11. Deben cumplir con las leyes de aduana al cien por ciento.
  12. Igualmente deben cumplir con todas las normas y reglas de

seguridad en su cadena de suministro para combatir el contrabando, la introducción no declarada de mercancías, explosivos, tráfico humano y más.

Estos principios, explica Mónica, se basan en leyes y regulaciones locales, en las normas internacionales del trabajo. Incluyen el espíritu de los convenios pertinentes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los principios rectores de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos, y las directrices de la OCED para empresas multinacionales. Además, abarcan la gestión de recursos humanos, salud, seguridad, prácticas ambientales y el cumplimiento legal que incluye exportación e importación, cumplimiento aduanero y normas de seguridad.

Niveles de Certificación

WRAP cuenta con tres niveles de certificación para las fábricas textiles, de calzado y confección:

  • Silver es el nivel básico de certificación, es válido por seis meses y se obtiene cuando la auditoría encuentra que la fábrica cumple con los 12 principios de WRAP, pero identifica incumplimientos menores. Sin embargo, no se encuentra ningún incumplimiento grave como trabajo infantil, carcelario, forzado o involuntario; problemas graves de salud, seguridad o medio ambiente; y acoso o abuso a empleados. Además, la fábrica debe demostrar que sus trabajadores reciben el salario mínimo legal y cualquier compensación por horas extras requeridas.
  • Gold es válido por un año, es el nivel de certificación más común entre las fábricas y se otorga por pleno cumplimiento de los 12 principios WRAP.
  • Platinum es válido por 2 años y lo consiguen las fábricas que demuestran pleno cumplimiento de los 12 principios WRAP durante tres auditorías consecutivas, las cuales se deben aprobar sin observaciones o acciones correctivas y mantener la certificación de manera continua sin ningún incidente entre los periodos de certificación.

WRAP es uno de los programas de auditoria que existen en el mercado, pero es uno de los de mayor prestigio ya que cuenta con auditores certificados en APSCA que es el organismo de normalización profesional para auditores independientes de cumplimiento social que representa a más de 4.700 auditores que realizan auditorías en todo el mundo.

¿Por Qué las Fábricas deben Certificarse?

Cuando las empresas hablan sobre sostenibilidad o responsabilidad social las audiencias no pueden dejar de experimentar cierto escepticismo, porque quién les asegura que de verdad están llevando a cabo estrategias al respecto. Es por ello que la medición ha sido y es un factor importante dentro de la cultura de responsabilidad social corporativa y en este sentido, las certificaciones siempre serán un paso más hacia la transparencia.

Sea cual sea la certificación elegida es importante, como en el caso de WRAP, que esté alineada a los Convenios Fundamentales de la OIT, la Declaración Universal de Derechos Humanos o la Norma Internacional ISO 26000.

En los próximos años, seguirá creciendo la importancia de medir el impacto de las iniciativas de Responsabilidad Social y el seguimiento de las métricas ayudará a garantizar el éxito de las empresas en esta materia.

La certificación de cumplimiento social continuará siendo un medio por el cual las empresas tienen una garantía por escrito que sus producto o servicios se ajustan a normas, lineamientos o al reconocimiento de organismos dedicados a la normalización nacional o internacional. Por otro lado, cuando una empresa es reconocida por sus buenas prácticas, su fuerza laboral se sentirá más comprometida y motivada con sus actividades, lo que hará que la productividad sea mayor.

En el caso de WRAP la certificación proporciona la garantía que requieren marcas y minoristas de todo el mundo que buscan verificar la trazabilidad y la visibilidad dentro de sus cadenas de suministro. La certificación demuestra que su instalación obedece las leyes de su país, trata a sus trabajadores con dignidad y respeto, y es consciente del impacto que sus operaciones tienen en el medio ambiente.

Futuro de la Certificación Social

A raíz de la pandemia de Covid-19 el mundo experimentó un periodo de gran incertidumbre y desafío, señala Mónica Escobar-Hertzoff. “Las cadenas de suministro sufrieron graves trastornos y se empezaron a cuestionar los modelos de abastecimiento. A mediano y corto plazo las empresas enfrentaron el reto de reiniciar sus operaciones de forma segura, así como proteger a sus clientes y colaboradores”, añade la ejecutiva.

Todo esto provocó que el problema evolucionara hacia la oferta y la demanda de productos y servicios, y se empezaron a cuestionar los hábitos de compra de los consumidores. En este contexto ¿qué pasó con el cumplimiento social? Se dio una incapacidad para llevar a cabo auditorias sociales de manera presencial por lo que se empezaron a hacer de manera remota con el uso de la tecnología, obligando a los compradores a ser más creativos y estrictos. Esto es algo que ya se volvió permanente, por lo que hoy en día ya no es suficiente que las empresas les digan a sus compradores “mi fabrica cumple y listo”, sino que tienen que garantizarles la fabricación, el precio, el envío, la calidad, etc.

Ahora bien ¿hacia dónde va la certificación de cumplimiento social? De acuerdo con Mónica hay un nuevo enfoque con un menú de opciones que reemplaza los programas propietarios, reduciendo la fatiga que representa hacer muchas auditorías. No hay una manera única en que las fábricas se certifiquen, así que cada una puede hacerlo a su propio ritmo. La eficiencia se vuelve aún más importante a medida que el cumplimiento social penetra más profundamente en la cadena de suministro.

¿Qué pueden hacer las empresas para ser más competitivas? Tienen que aprovechar las crisis, señala la directiva WRAP. No solo las fábricas son más flexibles, también los compradores se han vuelto más flexibles. Todas las partes de la cadena de suministro tienen la responsabilidad de seguir reglas de responsabilidad social. En última instancia se trata de garantizar cadenas de suministro más sólidas, flexibles y resistentes.

Enero-Febrero de 2023

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