Reutilizar los desechos y limitar el uso de nuevos materiales tiene un tremendo valor económico y ambiental
Por Eric Joo y Jee-Eun Oh
A partir de las historias sobre el efecto de la contaminación por plástico en animales y los microplásticos que se encuentran en la Fosa de las Marianas, la conciencia sobre el impacto de los residuos de tereftalato de polietileno (PET) en el ambiente, está creciendo. Lo anterior, más el conocimiento que ya existe sobre materiales sostenibles, ha llevado a los consumidores a una mayor aceptación de productos amigables con el medio ambiente, con especial atención en el PET. Además del desperdicio y la contaminación que causan los plásticos, la reducción de recursos también está impulsando cambios a medida que el PET reciclado está ahorrando cantidades significativas de energía, dióxido de carbono y recursos de petróleo, en comparación con el PET virgen.
A medida que la conciencia del consumidor evoluciona y se vuelve cada vez más consciente de los crecientes problemas relacionados con los residuos plásticos, las principales marcas y minoristas, entre ellos Adidas, Nike, Walmart, Ikea y Coca-Cola, entre otros, han respondido emprendiendo diversas iniciativas de sostenibilidad en relación al uso y los desechos de PET en materiales de confección y empaque.
Por ejemplo, Adidas ha anunciado que utilizará poliéster 100 por ciento reciclado en sus prendas para 2024, Ikea se ha comprometido con este mismo objetivo para 2030, y Coca-Cola ha anunciado que reciclará una botella por cada botella que venda para 2030.
Unilever también se comprometió con envasado de plástico 100 por ciento reciclable para el 2025. Claramente, la demanda está creciendo y el uso de poliéster reciclado seguirá aumentando. Sin embargo, con un suministro limitado de material reciclado, existen desafíos importantes para satisfacer esta demanda.
El tema principal: la oferta contra la demanda
Uno de los principales problemas que enfrenta el crecimiento y suministro de PET reciclado es que no hay abastecimiento. En la actualidad, la mayoría del poliéster se recicla utilizando métodos mecánicos para el reciclado de botellas de PET a través del lavado, laminado y mezcla del material que se va a transformar en fibra o filamento de grado textil.
Además del reciclado mecánico, existen alternativas como el reciclaje químico que descompone el poliéster, a partir de un polímero, en monómero o en componentes químicos más básicos y en el reciclado, se descomponen las telas o la ropa usada en componentes de fibra para hilar los tejidos. Las principales desventajas del reciclaje químico son el alto costo y su capacidad relativamente limitada. Sin embargo, existen varias iniciativas nuevas para mejorar y reducir el costo, encabezadas por compañías como Carbios, GR3N, Loop Industries, Resinate Materials Group y Worn Again.
El desafío del reciclaje es que los productos que son reciclados tienden a ser de menor calidad y, por lo general, solo son adecuados para su uso en mezclas o aplicaciones de conteo grueso.
Debido a que la industria textil utiliza principalmente insumos del reciclaje mecánico de botellas de PET, este artículo se centrará principalmente en esta fuente de material. El reciclaje mecánico de PET se logra principalmente a través del reprocesamiento de botellas de PET. La producción global de poliéster para 2018 se estima en 79.3 millones de toneladas, de las cuales 55.5 millones de toneladas se usaron en aplicaciones de fibra y filamentos. La recolección global de botellas de PET fue de solo 12.8 millones de toneladas y durante el proceso de conversión de las botellas de PET usadas, aproximadamente 2.2 millones de toneladas se pierden como desechos, dejando 10.6 millones de toneladas de láminas utilizables. Del material restante, aproximadamente el 56 por ciento se usa para fibras, lo que significa que se utilizan 5,9 toneladas en aplicaciones de fibra que van desde no tejidos industriales para usos finales hasta textiles para automóviles, el hogar y prendas de vestir. Solo hay un suministro muy limitado de láminas recicladas disponibles para satisfacer la creciente demanda de productos reciclados en una amplia gama de industrias. Los problemas principales que existen por el lado de la oferta, son la recolección y recuperación de los flujos de desechos. La recolección de los flujos de desechos está limitada por la falta de incentivos, así como por regulaciones poco sistemáticas y prácticas de recolección ineficientes. Por el lado de la recuperación, el flujo de residuos no está optimizado para el reciclaje, lo que dificulta y encarece el procesamiento de los materiales de desecho. Existen muchas oportunidades para mejorar el costo y la eficiencia del reciclado con diferentes grados de costo y dificultad.
En Estados Unidos, solo aproximadamente el 29 por ciento de las botellas de PET se reciclan. La razón principal de esta tasa baja, es la falta de un sistema de incentivos uniforme para motivar a los consumidores a reciclar botellas. Uno de los métodos más efectivos para incentivar la recolección de botellas es a través de regulaciones que ofrezcan un incentivo financiero. En los estados que se ha implementado un reembolso del valor del contenedor (CRV por sus siglas en inglés), las tasas de reciclaje superan el 70 por ciento, mientras que en aquellos estados que no han implementado un sistema CRV, las tasas de reciclaje son del 20 por ciento o menos. Otros países, como Japón, han implementado el reciclaje obligatorio y han alcanzado tasas de reciclaje de aproximadamente el 84 por ciento.
Calidad y cantidad
Además de mejorar las tasas de reciclaje, hay oportunidades adicionales para mejorar la reciclabilidad de los materiales de PET. Durante el proceso de reciclaje, las botellas se trituran, se lavan y se forman láminas. Cualquier contaminación o ineficiencia resulta en una pérdida de materiales, por otra parte, las tasas de utilización en Estados Unidos en 2017 se estimaron en 79.1 por ciento para las botellas de PET, lo que significa que aproximadamente el 20.9 por ciento no se pudo recuperar como láminas limpias. Dos de las principales causas de la pérdida de láminas son el diseño de botellas y la contaminación de desechos. Con respecto a los residuos, prácticas alentadoras que permiten una mejor recuperación, como el reciclaje de flujo múltiple, pueden conducir a una mayor calidad de los materiales reciclados. La forma en que Estados Unidos recolecta botellas carece de estandarización lo que da como resultado una gran variabilidad de materiales. Las prácticas de recolección pueden variar desde la clasificación de contenedores de diferentes materiales, el reciclaje de contenedores individuales y el reciclaje de flujo único. Esto crea dificultades al consolidar los materiales porque los materiales se mezclan y la clasificación es necesaria antes del procesamiento. Por otro lado, las prácticas como el reciclaje de un solo flujo, si bien resultan en mayores tasas de reciclaje, a menudo crean material de desecho que se contamina con otros materiales. Japón tiene una de las industrias de reciclaje más avanzadas del mundo y es una de las naciones que más contribuye a ello, lo cual se debe a las regulaciones vigentes desde 1997 que exigen que los consumidores, la industria y el gobierno cooperen para reciclar y reutilizar los envases de plástico. El resultado de esta regulación ha llevado a un aumento en la tasa de reciclaje de plástico del 46 por ciento en el año 2000 al 83 por ciento en el año 2015. Respecto al diseño de materiales, la selección de plásticos que son más fáciles de reciclar y la no combinación de diferentes materiales en el mismo empaque, puede llevar a una tasa de recuperación mucho mayor.
El empaque y los materiales a menudo están diseñados para ser fáciles de fabricar, ahorrar costos o tener un impacto en el mercado y la sostenibilidad no siempre se considera. En el caso de las botellas de agua, estas opciones conducen a diseños que pueden presentar diferentes tipos de plásticos, utilizan adhesivos para etiquetas que no son fáciles de lavar e incorporan colorantes que limitan el uso del plástico.
Al diseñar botellas y embalajes para una economía circular y al limitar o prohibir el uso de adhesivos, colorantes o aditivos que alteran las propiedades, la capacidad de reciclaje de los materiales se puede mejorar considerablemente.
Resolviendo los problemas
Abordar la limitada base de abastecimiento de material PET reciclado ayudará enormemente a cumplir los objetivos de sostenibilidad, así como a mejorar la salud general del planeta. Sin embargo, las ganancias solo en la recolección de botellas no serán suficientes para satisfacer la creciente demanda. Se puede lograr una mejora sustancial en la recolección de botellas, pero no en la mayoría de la producción de poliéster virgen, por lo tanto ese desperdicio, no es utilizado en las botellas. Así que, los métodos de recolección y reciclaje de artículos tales como ropa, telas y alfombras también deberán realizarse.
El reciclaje mecánico para este tipo de materiales es un mayor desafío que el de las botellas y como tal, se deberán realizar avances significativos en el área del reciclaje químico para que el proceso de reciclaje pueda descomponer el polímero, eliminar cualquier impureza contaminante y convertir los componentes de poliéster de nuevo en poliéster. En la actualidad, no hay ninguna compañía que sea capaz de abordar las limitaciones de la cadena de suministro respecto al poliéster reciclado. En este momento, debido a las restricciones de suministro, los precios del poliéster reciclado son más altos que los del poliéster virgen y los costos de procesamiento también limitan las aplicaciones de uso final a las empresas que pueden soportar una estructura de costos más alta. Hay algunas marcas y minoristas que están liderando el camino, soportando el mayor costo y ayudando a desarrollar la cadena de suministro. Sin embargo, se requerirá un mayor esfuerzo en términos de compromisos a largo plazo y una importante inversión de capital. Para satisfacer las necesidades únicamente de materiales reciclados para botellas de PET, solo para el mercado de Estados Unidos, se estima que se requerirán 3 mil millones de dólares. En cuanto al reciclaje químico, se necesita mucha investigación y desarrollo tecnológicos para realizar un proceso rentable que también pueda brindar la escala necesaria para satisfacer la creciente demanda. Los desafíos derivados de mover las cadenas de suministro para satisfacer la demanda cambiante de poliéster virgen a poliéster reciclado, son importantes. Sin embargo, los beneficios de reducir el impacto ambiental al reutilizar los desechos y limitar la introducción de materiales vírgenes son de gran valor.
Con las alianzas y el desarrollo adecuados, el futuro para el poliéster reciclado podría ser muy positivo.
Nota del Editor: Eric Joo es director general de United Textiles of America S. de R.L. de C.V, empresa con sede en Honduras; y Jee-Eun Oh es educator basada en Los Angeles.
Julio-Agosto de 2019