Después de algunos sucesos recientes, Estados Unidos y México anuncian acuerdo bilateral.
Jannyn Solís, Corresponsal de T.P.
El destino del Tratado ha tomado un rumbo inesperado. Después de varias rondas de negociaciones que empezaron hace más de un año entre Estados Unidos, México y Canadá, hubo una pausa quizá por la realización de las elecciones presidenciales en México en julio pasado.
A finales de agosto los cancilleres Luis Videgaray, aún Secretario de Relaciones Exteriores de México, e Idelfonso Guajardo, Secretario de Economía de México, acompañados por Jesús Seade, representante del nuevo gobierno electo de Andrés Manuel López Obrador, viajaron a la capital estadounidenses para entablar una serie de reuniones con el equipo negociador de NAFTA designado por el presidente Donald Trump.
Durante varios días los medios de comunicación en México se mantuvieron muy expectantes ante las declaraciones de los cancilleres mexicanos acerca de un posible acuerdo comercial entre Estados Unidos y México, en reemplazo de NAFTA.
Finalmente y de una forma muy particular se anunció que ambos países habían logrado finalmente ponerse de acuerdo. Fue así como ante las cámaras de los medios de comunicación en el salón oval de la Casa Blanca y en presencia de los equipos negociadores de E.U. y México, el presidente Donald Trump llamó a su homólogo Enrique Peña Nieto, aún presidente mexicano, para anunciar con beneplácito que el acuerdo se había concretado. La pregunta que surgió entonces fue ¿y qué pasará con Canadá? Ante tal escenario, parecía que Canadá podría quedarse fuera de dicho acuerdo, sin embargo, al correr de los días se ha visto a la ministra canadiense Chrystia Freeland en Washington con alentadores indicios de que Canadá se pueda sumar al acuerdo entre E.U. y México o tal vez suscribir un acuerdo por separado con cada país.
Hasta ahora y a la fecha en que la edición de la revista TP se publica, aún no se sabe a ciencia cierta qué pasará con Canadá.
Trascendencia del acuerdo bilateral
Entre los temas que habían impedido a México y E.U. llegar a una renegociación exitosa de NAFTA se encontraban las reglas de origen, un aspecto por el que el equipo del presidente Trump luchaba y, aunque no lograron por completo lo que planteaba, sí consiguieron algunas ventajas importantes.
En el nuevo acuerdo comercial anunciado recientemente entre México y E.U. se establece que los automóviles deben contener un 75% de componentes norteamericanos para que puedan considerarse como producto local (actualmente es del 62%). Además entre el 40% y el 45% de un automóvil deberá fabricarse en zonas con salarios de al menos de 16 dólares por hora para proteger a los trabajadores en E.U. y Canadá.
Por otra parte, el nuevo acuerdo tendrá una vigencia de 16 años, con un periodo de revisión de seis años, cuando se decidirá si se renueva o no. Originalmente Trump había solicitado una caducidad inmediata de 5 años.
Los actuales gobiernos de E.U. y México están llevando a cabo los trámites necesarios para poder firmar el acuerdo antes de que Enrique Peña Nieto deje la presidencia de México y antes de la realización de las elecciones intermedias en E.U. en las que se votará para renovar la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Cómo afecta al sector textil
En general los diferentes sectores industriales de México son optimistas respecto al acuerdo comercial con Estados Unidos, así lo expresó Francisco Cervantes Días, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN). Este optimismo se debe a que el acuerdo respalda el comercio con beneficios para ambos países y conduce a mercados más libres, comercio más justo y crecimiento económico robusto en la región de Norteamérica.
En lo referente al sector textil y de prendas de vestir, las nuevas disposiciones del acuerdo bilateral incentivan una mayor producción tanto de Estados Unidos como de México y fortalecen la aplicación de leyes aduanales. También promueven la cooperación más amplia entre ambos países sobre cuestiones relativas al comercio de textiles y prendas de vestir, y se fortalecen las cadenas de suministro para proporcionar nuevas oportunidades de mercado.
Si bien en términos generales ya se conocen estos
aspectos benéficos del acuerdo México-E.U. para la producción y el comercio nacional de textiles, aún no se saben los detalles sobre las cuestiones que, desde que empezaron las rondas de renegociación de NAFTA, preocupan a los fabricantes de textil mexicanos y que tienen que ver con la aprobación de la eliminación de los cupos preferenciales o TPL’s (por sus siglas en inglés) que estaban establecidos en el TLCAN, y que E.U. otorga a la importación de prendas de vestir de México que utilizan insumos procedentes de otras regiones fuera de Norteamérica.
Es muy pronto para determinar cuál será el impacto del acuerdo entre E.U. y México para los textiles mexicanos, todo parece indicar que será positivo.
En años recientes el sector de textiles ha sufrido una contracción debido al desplazamiento de la maquila de productos exportados a E.U. por competidores de otros países, principalmente del sureste asiático y China. También se ha visto afectado por el comercio desleal, sin embargo, México es un país con una gran tradición textil y los empresarios mexicanos apoyados por la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAINTEX), realizan esfuerzos para generar su impulso, tal es el caso del reciente convenido realizado entre el sector textil y la industria turística en el marco del programa CONÉCTATE AL TURISMO, a través del cual se busca lograr el encadenamiento de ambos sectores, sustituyendo más de 1.000 millones de dólares que cadenas hoteleras, restaurantes y aerolíneas, realizan en otros países, por compras a empresas de textiles mexicanas.
Septiembre-Octubre de 2018