Las marcas de moda están comenzando a desarrollar nuevas tecnologías para recuperar el valor de los tejidos desechados.
Gabriel Farías Iribarren
Según la Agencia de Protección Ambiental, de Estados Unidos, cada consumidor estadounidense tira a la basura en promedio 31 Kg de ropa por año. Para decirlo claramente: una gran parte de lo que se fabrica terminará en la basura.
Las marcas de moda, concientizadas sobre tales patrones de conducta, han comenzado a gestionar y desarrollar un nuevo concepto conocido como “moda reciclada”. A pesar de que la industria está todavía muy lejos de una solución definitiva al problema, este es el primer paso para reducir la cantidad de residuos asociados a la cultura de compra actual.
Ropa en buen estado
La mayoría de la ropa que se tira cada año se encuentra en buen estado pero el consumidor se deshace de ella porque ha quedado fuera de moda, la considera vieja, o porque simplemente se ha cansado de usarla.
Sin embargo, la moda reciclada y una de sus variantes conocida como “upcycling” crea la oportunidad perfecta de reutilización de los textiles que aún están en buen estado.
Upcycling
A diferencia de la reutilización o el reciclado de la materia prima, el “upcycling” se basa en el uso del producto tal cual fue concebido y creado, mejorando incluso sus prestaciones iniciales. Este proceso requiere creatividad y visión, además de conciencia ambiental.
El resultado final es una prenda de vestir o accesorio que es único en su tipo y sostenible. Por ejemplo, a través de “upcycling” con una camiseta usada se podría crear un bolso o incluso un brazalete.
El “upcycling”, también conocido como supra-reciclaje, es un término de reciente creación. El proceso consiste en aprovechar objetos usados para crear nuevos productos con una finalidad distinta a la original, incluso con mayor valor que la que tenía el objeto primariamente.
Consiste en la transformación de un “desecho” en un objeto de valor. Se dota de una segunda utilidad a un producto que había agotado su vida útil original.
Tejidos y fibras recicladas
Además de esta nueva corriente de reciclaje para la vida de un determinado producto, se está avanzando rápidamente en el uso de tejidos reciclados producidos a partir de desechos plásticos.
Estos avances en innovación han permitido la creación de tejidos a base de fibras como el X2, SaXcell, Returnity y Econyl. Estos nuevos tejidos textiles están basados en el concepto de regeneración y producidos con materiales de desecho.
Un ejemplo es Econyl, elaborado a partir de las redes de pesca abandonadas en el mar. Son altamente reciclables o reutilizables, lo que les permite adaptarse a múltiples ciclos de vida configurando el concepto de bucle cerrado de reciclaje. Las marcas deportivas han sido las primeras en invertir en investigación, desarrollo e innovación de estas calidades.
Returnity es una tela de poliéster 100% reciclable que reemplaza no sólo al poliéster tradicional, sino también al algodón y los tejidos con base de lana. Estas telas reducen el impacto de carbono en un 72%, la gestión de residuos en un 99%, y el uso de agua en un 93% en comparación con el algodón.
Se utilizan principalmente en el mercado de ropa de trabajo, donde la recuperación de las prendas corporativas usadas y desechadas es más fácil de organizar.
Nuevos desarrollos
Es evidente que la industria actualmente está invirtiendo en el desarrollo de estas nuevas fibras que permitan su reutilización y reciclado.
En este camino se buscan nuevos materiales y reformular procesos de producción y colecciones actuales por otros nuevos y sostenibles. Uno de los métodos usados es la recogida de ropa usada en las tiendas para cerrar el ciclo.
Varias marcas de moda globales tienen programas de recogida activa de prendas de vestir usadas en sus tiendas y promueven acciones comerciales a través de ello.
Un ejemplo de esto podría ser: dejas tu prenda usada en el buzón de recogida de la tienda y te extienden un bono de descuento del 10% para tu próxima compra. Esta es una respuesta a las exigencias de la nueva generación de los consumidores conscientes que se preocupan por la protección del medio ambiente.
La estrategia corporativa hace evidente que el objetivo a largo plazo de estas empresas es encontrar una vía para la reutilización y el reciclado de todas las fibras textiles de los productos recogidos “post consumo”.
En la actualidad, por limitaciones de los procesos productivos y la tecnología actual, para generar una nueva fibra de calidad se mezcla fibra reciclada con fibra virgen.
La industria invierte actualmente en investigación y desarrollo para encontrar la fórmula que permita producir una fibra de alta calidad obtenida a partir de fibra reciclada en un 100% de la recuperación de prendas de vestir usadas.
Una vez obtenida, hay que generar la producción en escala que la industria demanda.
Fibras de alquiler
Mirando al futuro, si conseguimos cerrar el ciclo de la reutilización de los tejidos a través de la recogida de prendas usadas, las fibras que son la materia prima de las telas podrían alquilarse al proveedor que las produce sin que éste perdiera la propiedad sobre las mismas.
Tal vez solo debería hacer agregados de las mismas en cada ciclo de producción, para no perder la calidad original y establecida. Este circuito o bucle cerrado de producción generaría que las fibras se utilicen una y otra vez a través de un contrato de arrendamiento entre el proveedor (productor-reciclador) y la marca textil con las consecuentes ventajas asociadas al rendimiento del producto, a la reducción de costos, y el menor o casi nulo impacto en el ambiente.
Nota del Editor: Gabriel Farías Iribarren es un consultor argentino de fama internacional que se especializa en nuevos desarrollos de textiles y de la moda. https://gabrielfariasiribarren.com/
Marzo-Abril de 2017