Sistemas de visión computarizada y tecnología de robótica tienen el potencial de automatizar este proceso de alta intensidad laboral.
K.P. Reddy
El arte de la costura no ha cambiado fundamentalmente desde que la primera costurera enhebró una aguja a través de un tejido hace miles de años. Aún con grandes avances en la ingeniería, incluyendo telares y máquinas de coser mecanizados, la forma en que los géneros cosidos son producidos requiere casi tanta mano de obra hoy en día como hace 100 años.
Para complicar las cosas aún más, los consumidores de la actualidad quieren géneros baratos y de alta calidad entregados a su puerta en cuestión de días, empujando los límites del negocio de manufactura tradicional a su punto máximo.
Durante las últimas décadas, los manufactureros de géneros cosidos han rebajado sus costos laborales moviendo sus operaciones a países con los menores costos de mano de obra. Sin embargo, esta estrategia de negocios es cada vez más difícil de mantener debido a una subida en los costos laborales en los países desarrollados, así como una escacez global de costureras experimentadas, y a un cambio en la conducta del consumidor impulsado por las marcas de moda rápida y por las plataformas de medios sociales.
Las nuevas condiciones del mercado han hecho que la industria fabricante de géneros cosidos o de la confección esté en su punto de madurez para entrar a una nueva era de automatización.
Se han hecho intentos en el pasado para automatizar completamente el proceso de costura. La mayoría de los sistemas usados anteriormente dependían de sujetadores para retener el tejido de manera tensa, haciéndolo más rígido y menos susceptible a la distorsión. Este sistema limitaba la automatización a ciertas operaciones durante el proceso de costura, como por ejemplo, durante la costura de botones o de bolsillos.
La alineación correcta de dos piezas de tejido y la alimentación de los mismos a través de la cabeza de costura sin producir deslizamiento o abultamiento — al mismo tiempo que se mantenían los niveles correctos de tensión — ha probado ser un proceso que se puede controlar mejor con manos humanas.
Nuevo proceso automatizado
La firma SoftWear Automation Inc., de Atlanta, Estados Unidos, ha introducido recientemente al mercado un nuevo método radical en la automatización de la costura. La compañía ha desarrollado un sistema que elimina la distorsión del tejido, y el cual depende de un avanzado sistema visual computarizado. La cámara sigue la puntada de la aguja y coordina el movimiento preciso del tejido usando robots de poco peso.
La línea de robots de costura de SoftWear, con su sistema patentado de visión computarizada de alta velocidad, tiene el potencial de transformar las plantas de manufactura intensiva de la actualidad en instalaciones de producción automatizadas de alta tecnología.
Los “sewbots”, o robots de costura, reducen los costos de producción, aumentan la calidad, reducen los tiempos de entrega, y permiten que las marcas puedan reclamar el control de su proceso de manufactura.
A medida que la manufactura de géneros cosidos se mueve de los mercados de mano de obra con salarios altos, tales como Estados Unidos y Europa, a mercados de mano de obra con salarios bajos, las marcas han pasado de ser expertas en sus respectivos campos, al mercadeo y venta de máquinas completamente desconectadas de su operación de manufactura.
Desarrollos que antes fueron supervisados por equipos de la empresa, con un avanzado conocimiento de los procesos de producción, es realizado en otra parte del mundo y manejado por manufactureros al contrato, quienes a menudo colocan un alto mínimo de pedidos y modifican los diseños para agilizar la producción. Este nuevo paradigma reduce la creatividad de las marcas y ha creado una situación en donde un error en el pronóstico de las tendencias puede resultar en millones de dólares perdidos en inventario.
Costos competitivos
En lugar de adivinar lo que el mercado quiere y luego satisfacer el mínimo de piezas fijado por los manufactureros al contrato, la tecnología de los robots de SoftWear tiene un precio comparable a los salarios de una costurera experimentada en una nación industrializada, y por lo tanto, las marcas tendrán la capacidad de mover sus operaciones de manufactura más cerca del consumidor, reduciendo así el tiempo de entrega al mercado.
El año pasado, SoftWear lanzó al mercado su robot LOWRY, un sistema de recolección y colocación del tejido que se puede integrar con una máquina de coser existente. Cuando el producto fue introducido, la compañía tenía la expectativa que los manufactureros en Estados Unidos y en Europa mostrarían un gran interés por el mismo.
Sin embargo, un gran número de llamadas provino, no de Estados Unidos, sino de manufactureros al contrato en países de mano de obra barata tales como Bangladesh y China — los mismos países que se beneficiaron más con la contratación de producción en otros países en la década de los 1990s.
Al igual que en los países occidentales, los manufactureros en los países en desarrollo están teniendo problemas en encontrar y retener costureras de gran experiencia. Mundialmente, la generación de los “milenios” está emigrando a los centros de las ciudades, y en general, no muestran mucho interés por el trabajo en las fábricas.
La combinación de esta escacez de mano de obra experimentada con los deseos del mercado por menores costos laborales y tiempos de entrega más rápido está llevando a muchas marcas a mirar a líneas de costura completamente automatizadas.
Tendencia a la automatización
La tendencia hacia la automatización no forzará inmediatamente al despido de operarios de máquinas de coser. De hecho, la automatización de la producción en realidad creará nuevos trabajos, especialmente en los mercados con mano de obra de alto costo. Desde la perspectiva de la robótica y la automatización, SoftWear ha visto a muchos trabajadores interesados en aprender sobre la tecnología de la compañía, de modo que puedan avanzar, de un trabajo de bajo salario a posiciones con un mayor salario. Alguien es requerido para programar y mantener las máquinas, y hay una fuerte corriente de personas jóvenes ansiosas de llenar estos trabajos.
Al igual que con cualquier nueva tecnología, la automatización en la costura todavía tiene algunos obstáculos que debe superar antes de que los robots reemplacen completamente a los operarios de bajo costo. Algunos de estos problemas residen con los ejecutivos de la industria de la confección, quienes han dependido, durante un largo tiempo, de un modelo de negocios anticuado.
En cuanto a la tecnología misma, SoftWear está trabajando diligentemente para incrementar las capacidades de sus máquinas para que trabajen con una amplia gama de tipos de tejidos y operaciones necesarias en la producción, incluyendo unidades para los manufactureros de los mercado de géneros para el hogar, textiles para automóviles, confecciones y calzado.
Con el tiempo de entrega a tiempo al mercado, la individualización de productos, y los costos, siendo los factores de acción principales en la producción de géneros cosidos — en especial en relación con las confecciones — es solo cuestión de tiempo antes de que robots tecnológicamente avanzados y de bajo costo reemplacen a las costureras tradicionales alrededor del mundo.
K.P. Reddy es CEO de SoftWear Automation Inc., de Atlanta. Este artículo está basado en una presentación de Reddy durante el Foro a la Innovación Textile World 2015.
Mayo-Junio de 2016