La fibra prototipo, Phycofiber, es un sustituto viable de las fibras petroquímicas y tradicionales.
Jannyn Solís, Editora Asociada
Phycolabs, fundada en 2022, se ubica en São Paulo, Brasil y es una startup de biotecnología que aprovecha el poder de las macroalgas para producir tecnologías y productos, especialmente fibras textiles. “Estamos muy orgullosos de contribuir a un futuro más sostenible y regenerable proporcionando alternativas viables para sustituir los materiales petroquímicos y los tejidos tradicionales. Tenemos un serio compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y con la provisión de soluciones innovadoras a las necesidades del mercado modal global y especialmente latinoamericano. Nuestro objetivo es integrar nues-tras operaciones en un sistema de circuito cerrado, maximizando la eficiencia y minimizando los residuos. Tenemos un firme compromiso con los valores ESG”, comenta en exclusiva para Textiles Panamericanos, Thamires Pontes, Fundadora y CEO de la empresa, quien tiene un master en Textil y Moda, y es una entusiasta de las algas y la biotecnología.
Por su trabajo con algas marinas para fabricar principalmente fibras textiles, en 2022, Phycolabs estuvo entre los 20 finalistas y en 2023 ha sido uno de los ganadores del Global Change Award. “Esto nos llena de orgullo y nos hace creer que vamos por buen camino. El mayor premio es intangible, que es el conocimiento y la creación de redes con programas aceleradores como Accenture, The Mills Fabrica y KTH Innovation. Estamos viviendo el sueño”, comparte Pontes.
El Global Change Award es considerado el premio “Nobel” de la moda y demuestra el compromiso de la Fundación H&M de apoyar iniciativas que puedan mitigar los problemas de la moda. La Fundación H&M se ha destacado por sus inversiones en innovación en los últimos años.
Cabe señalar que los ganadores del Global Change Award, como Phycolabs, participan en el programa acelerador de impacto el cual tiene un año de duración. Este programa incluye un valioso asesoramiento y apoyo por parte de la Fundación H&M y sus socios Accenture, KTH Royal Institute of Technology y The Mills Fabrica. El programa está diseñado para ayudar a cada equipo a desarrollar y ampliar su innovación para lograr un impacto positivo.
De la Moda a la Ciencia
Con su formación en moda y más de 10 años trabajando en el sector, conocer la industria y las fases de producción de los tejidos dejó frustrada a Pontes, para quien no tiene ningún sentido lo contaminante que es la industria textil y en especial la moda que es responsable del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 24% de los pesticidas e insecticidas y el 35% de los microplásticos de los océanos son resultado del lavado de ropa.
Mientras cursaba el master, Pontes empezó a investigar nuevos materiales, sobre todo biomateriales, y fue entonces cuando descubrió el potencial de las algas, tanto para el ecosistema como solución sostenible para diversas industrias. Fue así como de dedicarse a la moda, la emprendedora pasó al campo de la ciencia.
Inicio, Retos y Obstáculos
Phycolabs nace con el objetivo de analizar la industria de las algas marinas, tanto en Brasil como en el resto del mundo, para determinar la viabilidad de extender su uso dentro la industria textil.
Siendo la industria textil esencialmente una importante industria química, un reto considerable para Phycolabs fue encontrar la composición ideal, con las características necesarias, para que sus fibras pudieran representar una alternativa viable a las fibras tradicionales. “Actualmente nos encontramos en las fases finales de desarrollo de nuestro prototipo, y todo indica que muy pronto realizaremos pruebas con nuestro MVP a menor escala dentro de la industria”, comparte Pontes.
Phycofibers: Fibras Naturales Únicas
Para el desarrollo de Phycofiber, Pontes y el equipo de Phycolabs tomaron en cuenta toda la cadena de valor, desde los proveedores en las comunidades de Caiçara, hasta la formulación en la que utilizan algas sin mezclarlas con otras matrices de materiales, y en procesos más eficientes en agua y energía.
Las Phycofibers resultan atractivas tanto para los fabricantes como para los consumidores por su notable sostenibilidad medioambiental, ya que las algas son una fuente renovable que no requiere tierras de cultivo, agua dulce ni pesticidas, lo que reduce el impacto ambiental. Además, el cultivo de algas puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que está en consonancia con los objetivos del cambio climático. Por otro lado, con el calentamiento global y la reducción de peces para la pesca, la actividad de cultivo de algas puede ser una fuente de ingresos reales para las comunidades costeras y generar puestos de trabajo. “Brasil está evolucionando en términos de normativas e incentivos para la economía azul, y veo un escenario favorable tanto a nivel local como mundial”, señala la fundadora de Phycolabs.
Las características de biodegradabilidad, compostabilidad o reciclabilidad del producto son también muy atractivas, así como la reducción de los residuos marinos. Con los movimientos sociales y la concientización de los consumidores sobre el impacto medioambiental de la moda, los productos elaborados con algas cumplen las expectativas de sostenibilidad medioambiental y responsabilidad social. “Las Phycofibers forman parte de los próximos materiales que darán forma a la industria de la moda”, agrega la emprendedora.
Aunque las Phycofibers aún no están certificadas por alguna organización externa, ciertas certificaciones tienen sentido para la startup, como SA8000, Bluesign, Fair Trade Certified y GOTS. “Elegir la certificación ideal dependerá de las propiedades concretas que vayamos a poseer, así como de nuestros valores personales. Es importante señalar que también podemos crear nuestras propias iniciativas y normas internas de sostenibilidad, que pueden tener tanta reputación como las demás certificaciones reconocidas”, agrega Pontes.
En el camino hacia la fabricación de productos finales, Phycolabs está ultimando su prototipo como se ha señalado anteriormente, pero aún quedan algunos pasos antes de que esté disponible para la industria. La startup va contrarreloj para presentar su producto y está trabajando en la trazabilidad. El equipo sabe exactamente de dónde proceden todas las materias primas que utilizan para las pruebas por lo que buscan que el consumidor final tenga acceso a ello, y una posibilidad son las etiquetas en las prendas.
En cuanto a otros usos para las Phycofibers además de los textiles tradicionales, Pontes comparte con TP que hay varias aplicaciones posibles en textiles técnicos. “En Phycolabs tenemos dos productos más en nuestra hoja de ruta derivados de la fibra. Hoy nuestros esfuerzos se centran en la Phycofiber, desarrollando metodologías para la creación de fibras y mejorándolas tanto para la moda como para los textiles técnicos”, señala.
También explica que están pensando en asociaciones estratégicas con marcas nacionales e internacionales, quienes están deseosas de probar las fibras de Phycolabs, sin embargo, han tenido cuidado de alinearse con empresas que comparten sus valores. Una vez finalizado su prototipo, van a enviarlo a jugadores concretos de primera mano para que lo prueben y den su opinión.
El Equipo de la Startup
Junto a Pontes, colabora en Phycolabs José Carlos Dutra Filho, COO, quien en palabras de Pontes es “un genio, un investigador fuera de lo común”. Con su doctorado en ciencia y tecnología de polímeros, utiliza todos sus conocimientos de química de una manera muy creativa. Otros asesores de Phycolabs incluyen a Marco de Biasi, Ricardo Oliani y Hélio Wiebeck.
“Tengo mucha suerte de tenerlos a mi lado, sé que les apasiona lo que hacen y además se han enamorado de la revolución de la economía azul, están empeñados en explotar el potencial de las macroalgas para impulsar esta nueva era de los materiales textiles”, comenta la emprendedora.
Phycolabs no trabaja sola, mantiene una asociación con el Instituto de Innovación en Biosintéticos y Fibras — SENAI CETIQT — ubicado en Río de Janeiro. Phycolabs está donde está hoy y tiene mucho que agradecer a su principal socio, SENAI CETIQT. Con más de 70 años de historia en la industria textil brasileña, el instituto es uno de los mejores de Sudamérica y cuenta con un equipo de excelencia trabajando junto con Phycolabs.
Septiembre-Octubre de 2023