De acuerdo a informes de prensa, el pasado mes de diciembre, la ciudad de Gothenburg, en Suecia, hizo entrega a Perú de 51 artículos textiles bien preservados y que tienen una antigüedad de más de 2.000 años y que hacían parte de la colección de textiles Paracas. Estos textiles habían sido comprados en 1935 por el Cónsul Honorario de Suecia en Lima, Sven Karell, y eran parte de las culturas Nazca y Paracas de Perú.
El retorno de esta herencia cultural peruana ayudará a fortalecer las relaciones bilaterales entre Suecia y Perú, luego de la reinauguración de la Embajada de Suecia en Lima en el 2016. Además de la ceremonia de entrega de estos preciosos objetos culturales realizada en el Ministerio de Cultura de Perú, se realizaron varias visitas de delegaciones procedentes de Suecia, y quienes se reunieron con el Ministro de Cultura, así como con los alcaldes de dos municipalidades de Lima y con representantes de la UNESCO.
Por otra parte, se anunció que la economía de Perú, que es la séptima más grande en América Latina, ha experimentado enormes cambios estructurales durante los últimos 30 años. En la actualidad, el sector de servicios contribuye el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, mientras que la industria, incluyendo textiles y confecciones, representan alrededor del 35% del PIB, y esto ha contribuido a un crecimiento de los empleos en este sector.
Perú exporta sus productos textiles a muchos países del mundo, en especial a Estados Unidos, Colombia, Venezuela y Brasil. Muchos de los principales manufactureros textiles de Perú son compañías integradas verticalmente, lo que elimina la necesidad de importar materias primas o de enviar al exterior procesos tales como lavado o costura, y esto permite asegurar una buena calidad y rapidez de entrega de productos a los mercados.
La combinación de modernización económica, la abundancia de recursos naturales, y el continuo mejoramiento en el gobierno de la economía y la estabilidad política están contribuyendo a que Perú sea una de las economías emergentes más estables en América Latina.
Marzo-Abril de 2018