El Futuro Del Comercio En México

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¿Cómo se verán afectados los sectores fibra, textil, vestido y calzado?

Jannyn Solís, Corresponsal de T.P.

Son momentos de incertidumbre en el ámbito comercial mexicano por los tratados que están siendo renegociados o por aquellos que han sido ratificados recientemente y que provocarán cambios en las reglas del juego para diferentes las industrias del país como la automotriz, la farmacéutica, la agropecuaria y por supuesto los sectores de textiles, confección y calzado, entre otros más.

Numerosos aspectos están siendo evaluados por los países involucrados y más allá de las conveniencias comerciales, intervienen en los procesos aspectos políticos que hacen en algunos casos complicadas las negociaciones, sin embargo, se están dando avances importantes para llegar a los acuerdo necesarios que beneficien a todos los países involucrados.

Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)

NAFTA (por sus siglas en inglés), fue firmado en 1993 por Estados Unidos, Canadá y México. Entró en vigor el 1 de enero de 1994 para establecer una zona de libre comercio entre los tres países, en la que las reglas disponen cómo y cuándo se eliminan las barreras arancelarias para la libre circulación de productos y servicios entre las tres naciones. El TLCAN fue firmado para promover entre los países-miembro las condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio; eliminar obstáculos al comercio; facilitar la circulación transfronteriza de bienes y servicios; proteger los derechos de propiedad intelectual; y aumentar las oportunidades de inversión, entre otros.

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos se puso en duda la efectividad de NAFTA, pues el mandatario señala que ha sido ventajoso para México y Canadá. Trump argumenta que el tratado ha provocado un déficit comercial para E.U. producto de que los norteamericanos consumen más bienes y servicios de México y Canadá que del propio país, además de que ha causado pérdida de empleos para los estadounidenses. Las opiniones están divididas pues algunos economistas norteamericanos señalan que el déficit comercial bilateral de E.U. no es un indicador de la situación económica del país, además de que hay preocupación por parte de los fabricantes estadounidenses acerca de que los cambios del TLCAN afecten negativamente la cadena de suministro mundial incrementando con ello los costos de los productos.

La opinión del presidente Trump dio como resultado el inicio de una serie de rondas para renegociar el Tratado de Libre Comercio, la primera de las cuales tuvo lugar en Washington en agosto de 2017 con la participación de los equipos negociadores por parte de cada país miembro. Desde entonces se han llevado a cabo siete rondas de renegociación con trabajos intensos por parte de los equipos, quienes han declarado a través de múltiples medios que están comprometidos a lograr resultados ambiciosos a pesar de las diferencias en ciertos temas espinosos.

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La Ciudad de México fue escenario de la séptima ronda de negociaciones realizada del 25 de febrero al 5 de marzo, en la que los equipos de cada país continuaron con la discusión de los temas considerados como más controversiales, entre ellos, el endurecimiento de las reglas de origen — principalmente para los automóviles — propuesto por E.U., así como las controversias y la temporalidad del sector agroalimentario. La controversia en las reglas de origen se debe a que el presidente Trump propone incrementar el porcentaje requerido para que un producto sea considerado como de origen, de lo cual depende el pago de aranceles para introducir dicho producto a alguno de los países miembro del TLCAN. El presidente Trump argumenta que con esta medida beneficia a los fabricantes estadounidenses, sin embargo, existe el riesgo de que se eleven los costos de producción y con ello también los costos de venta.

Es en el tema de las reglas de origen que puede verse afectado el sector textil y de la confección de México, pues en la actualidad los fabricantes nacionales importan una gran cantidad de insumos de países asiáticos para mantener su competitividad frente a China, que se ha convertido en el principal proveedor de E.U. para dicho sector. La preocupación de los fabricantes mexicanos radica en que se apruebe la eliminación de los cupos preferenciales o TPL’s (por sus siglas en inglés) establecidos en el TLCAN, y que E.U. otorga a la importación de prendas de vestir de México que utilizan insumos procedentes de otras regiones fuera de Norteamérica. Cabe señalar que existe mucha presión por parte de grupos de industriales estadounidenses de textiles, quienes han solicitado al Senado y a la Cámara de Representantes de su país, la eliminación de dichos cupos preferenciales que permiten que México pueda exportar a E.U. prendas de vestir por 46 millones 500.000 metros cuadrados anuales. Entre las razones principales por las que han hecho tal solicitud es que estos TPL’s contradicen los propósitos principales del TLCAN que consisten en establecer condiciones de comercio que resulten benéficas para todas las partes involucradas motivando la inversión, la producción y el empleo. Contrariamente, los fabricantes mexicanos de textiles y vestido opinan que en caso de aprobarse los cambios en las reglas de origen del tratado, se pondría en grave riesgo su negocio provocando su salida del mercado.

En entrevista a El Universal, importante periódico mexicano, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX), José Cohen, comentó que el equipo negociador de la Secretaría de Economía de México conoce muy bien la postura del sector textil y de la confección frente a la renegociación del TLCAN, aunque señaló que de no concretarse una negociación favorable, el sector sería uno de los más afectados ya que los aranceles que se impondrían a las prendas de vestir serían de los más altos para el comercio, además de que se abriría la puerta a los países asiáticos.

El Secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, en conferencia de prensa a medios de comunicación se mostró optimista ya que en la séptima ronda de negociación se logró avanzar en los capítulos referentes a Buenas Prácticas Regulatorias, Administración y Publicación (Transparencia), así como Medidas Sanitarias y Fitosanitarias. El secretario Guajardo agregó que otros capítulos están por cerrarse tales como telecomunicaciones, comercio digital, obstáculos técnicos al comercio, energía, empresas propiedad del Estado y sector financiero. El término de la séptima ronda concluye sin embargo, con la advertencia por parte del presidente Trump de la imposición de aranceles al aluminio y al acero, medida a la que tanto el secretario Guajardo como Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, se oponen.

Si bien durante la séptima ronda se logró avanzar en el mismo número de capítulos que en las rondas anteriores, el tiempo es corto ya que en México se realizarán elecciones el próximo primero de julio, mientras que Ontario y Quebec también tendrán elecciones y E.U. tendrá las suyas en el mes de noviembre. Considerando la cantidad de capítulos que aún faltan por revisar y cerrar, existe la posibilidad de que la renegociación del TLCAN no pueda concluirse antes de las elecciones mexicanas que ya están a la vuelta de la esquina.

Hasta el momento de la presente edición de Textiles Panamericanos no se había confirmado la realización de la octava ronda de negociaciones que se estima podría ser la última, pero los equipos de cada uno de los países miembro del tratado celebran reuniones intermedias con el fin de ir avanzado en la revisión de los temas. Tampoco se ha confirmado aún sí, en que caso de llevarse a cabo la octava ronda, ésta será la última o habrá otra posterior.

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Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP por sus siglas en inglés)

También llamado TPP 11, este acuerdo fue firmado por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y Estados Unidos, aunque cabe señalar que este último país decidió, por decreto del presidente Donald Trump, retirarse del acuerdo. La firma se realizó recientemente en Chile, en una ceremonia encabezada por Michelle Bachelet, ahora expresidenta del país. Si bien la firma del TPP11 ya se concretó, cada uno de los países miembro tienen que ratificarlo. En el caso de México, el Senado de la República lo ratificó en abril pasado con 73 votos a favor, 24 en contra y cuatro abstenciones, convirtiéndose así en el primer país en ratificarlo. El acuerdo, que integra a algunas de las más importantes economías de la región Asia-Pacífico, estaba considerado como uno de los tres más grandes tratados comerciales a nivel mundial, sin embargo, con la salida de E.U., el alcance se redujo ya que las 11 economías restantes representan solo el 14% del Producto Interno Bruto del mundo y el 15% del comercio mundial. A pesar de esta reducción en el alcance, un aspecto positivo es que el acuerdo contempla temas que no estaban incluidos en la versión original del TLCAN como comercio electrónico, propiedad intelectual y anticorrupción, entre otros.

México, Perú y Chile, los tres países de Latinoamérica que forman parte del TPP 11, tendrán importantes beneficios por haberse suscrito al tratado pues expandirán sus oportunidades comerciales en Asia-Pacífico. México por ejemplo, hasta antes del TPP 11, no tenía acuerdos comerciales con países como Australia, Nueva Zelanda, Vietnam y Malasia. Para tranquilidad de los sectores textil-fibra-vestido y calzado de México, en el TPP11 se consideraron aspectos de respaldo contra prácticas desleales especialmente por parte de países como Malasia y Vietnam, sin embargo, este último país es uno de los que más preocupa a los fabricantes de textiles nacionales, ya que tiene una robusta industria textil con un gran volumen de exportaciones en prendas como camisetas, playeras, pantalones, camisas, chamarras, etc. a Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, principalmente. Este panorama representa un enorme reto para la industria de textiles y vestido en México que tendrá que modernizar su planta productiva y mejorar sus procesos para poder competir con este país asiático, así como con otros gigantes de textiles y prendas de vestir a nivel mundial, tal es el caso de China, India, Indonesia y Bangladesh.

El escenario para los fabricantes de calzado en México es muy similar, pues también tienen que competir con Vietnam que se ha convertido en un importante exportador de zapatos y, ahora con el TPP 11, podrá ingresar al país su calzado sin aranceles. El lado positivo es que el acuerdo abre la posibilidad de ampliar las oportunidades para el calzado con Japón, país que actualmente es uno de los mayores consumidores de zapatos mexicanos.

Tanto la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX), como la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), así como otras asociaciones de la industria, mantienen su preocupación por el TPP 11, pues si bien están a favor de la apertura comercial y la competitividad, temen que la competencia no se dé en igualdad de circunstancias, lo que puede causar el cierre de empresas mexicanas de los sectores de textiles, prendas de vestir y calzado. La CANAINTEX publica en su página web que hasta en un 21% podrían aumentar las importaciones de México con la entrada en vigor del TPP 11, lo que representaría pasar de 10.316 millones de metros cuadrados de tela registrados en 2015 a 12.400 millones. De acuerdo con José Cohen, presidente de la CANAINTEX entre los riegos del TPP 11 está la pérdida estimada de 250 mil empleos y en general una caída de la industria de un 35%, lo que significaría una afectación de aproximadamente 6 a 7 millones de dólares en los primeros tres años de vigencia del acuerdo, considerando que el sector exporta actualmente 6.600 millones de dólares al año y el mercado interno tiene un valor aproximado de 20 mil millones de dólares.

La Secretaría de Economía de México estima que el TPP 11 entrará en vigor a la mitad del 2019, así que en los meses siguientes se generarán muchas noticias en torno a este tema, ya que los industriales de textiles, prendas de vestir y calzado seguirán insistiendo y acudiendo a las autoridades mexicanas para presionar sobre los temas que les preocupan.

Tratado de Libre Comercio de México con la Unión Europea (TLCUEM)

Desde el año 2000 México mantiene un tratado de libre comercio con la Unión Europea (integrada por 28 estados) que ahora se encuentra en proceso de modernización debido a los cambios económicos que han experimentado los países miembro, así como a la evolución tecnológica y comercial. La Unión Europea es el tercer socio comercial de México y desde la entrada en vigor del tratado, el comercio entre dicha región y el país, creció 4 veces llegando a los 72 mil millones de dólares. La Unión Europea ocupa además el segundo lugar dentro de la lista de regiones o países que invierten en México.

En paralelo a la renegociación del TLCAN, se llevan a cabo sesiones de trabajo para discutir los temas del TLCUEM. En febrero pasado concluyó la novena ronda con el cierre de otros cinco capítulos, entre los cuales se encuentran las reglas de origen, comercio de bienes, inversión, propiedad intelectual y otros más. Además del fortalecimiento de las relaciones

comerciales de México con los estados miembro de la Unión Europea, se busca capitalizar las oportunidades de inversión para el país. En términos generales el equipo negociador de México persigue un tratado más amplio con mayores posibilidades de exportación para productos agroindustriales y protección a productos emblemáticos del país como café de Veracruz y artesanías como talavera y olinalá. En el ámbito de servicios se busca la inclusión de temas como comercio digital y telecomunicaciones, así como Pymes, desarrollo sustentable, anticorrupción y transparencia. En el proceso de modernización del tratado, entre los temas que han resultado más álgidos se encuentran indicaciones geográficas, apertura de bienes agrícolas y pecuarios, reglas de origen y mecanismos de resolución de controversias.

Para la industria textil y de la confección, las reglas de origen volvieron a ser tema de discusión en el TLCUEM. De acuerdo a información publicada en la página de la CANAINTEX, los fabricantes mexicanos están a favor de la triple transformación o “yarn forward” (hilo en adelante) con el objetivo de que las importaciones de tejidos y prendas de vestir queden exentas de aranceles, sin embargo, parece que se mantendrá la doble transformación que es apoyada por los miembros de la Unión Europea, en la que se especifica que al menos dos de los procesos industriales importantes (tejeduría, hilatura o confección) se realicen en el país de origen.

En lo referente al intercambio comercial, las exportaciones de textiles y de moda de la Unión Europea a México crecieron en 2017 un 63.4% más que en los últimos diez años. Y, por otra parte, durante los años en que ha estado vigente el TLCUEM este intercambio comercial se ha triplicado pasando de 20.8 a 61.7 millones de dólares y aún existe mucho más potencial entre los países de ese bloque y la nación Azteca.

Con estos tratados y acuerdos en la mesa de negociación es lógico que el panorama comercial en México se encuentre en un proceso de transformación importante. Es natural que los empresarios de las diferentes industrias del país, en especial de la industria de textiles, confección y calzado estén preocupados por el futuro comercial y a todo esto hay que sumarle la incertidumbre de las próximas elecciones. Hay mucho en juego y por eso el ambiente es de gran nerviosismo.

Mayo-Junio de 2018

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