El denim: ayer, hoy y siempre

Denimfashion
Freeimages.com/Emily Lucima

A pesar de que el 96% de los consumidores en E.U. usan jeans, hoy este sector enfrenta grandes retos.

Gabriel Farías Iribarren, especialista en textil argentino

Con seguridad, la mayoría de nosotros no nos detenemos a analizar el origen de nuestros jeans, también conocidos como vaqueros, pantalones de denim o de mezclilla, según las distintas denominaciones utilizadas en Latinoamérica o España para definirlos. Hasta que llegan a nuestras manos, pasan por un largo viaje desde el campo de algodón, pasando por las fábricas y las lavanderías, hasta ser distribuidos a las tiendas o comercializados en la web. Este ícono histórico de la moda es el modelo perfecto para poner de relieve la importancia de la colaboración en la cadena de suministros ya que ha existido y evolucionado desde los principios de la industria textil y de la indumentaria.

La producción de pantalones de denim alcanzó su máxima cima entre los años 2005 y 2006, en gran parte gracias a la tendencia en el uso de tela vaquera de alta calidad, que se tradujo en la producción de jeans de muy buena calidad con múltiples opciones de precios. Después de ese pico, las presiones económicas y el movimiento de la moda rápida llevaron a los minoristas a sacrificar la calidad y la cantidad de algodón en la composición del tejido, componente esencial del hilo desde sus orígenes. Todas estas recientes medidas de reducción de costos, por ejemplo, utilizando telas más finas o cambiando la composición del tejido con mayor presencia de poliéster, han causado problemas de rendimiento muy significativos y cierta insatisfacción entre los consumidores de jeans.

El denim y su futuro

Solo por poner un ejemplo, los pantalones de denim se encuentran en los armarios del 96% de los consumidores estadounidenses. Sin embargo, a pesar de la confianza del consumidor, han perdido una parte significativa del espacio de la venta al por menor en favor de otros tipos de artículos, tales como pantalones deportivos de uso casual, calzas y faldas. Las prendas deportivas y de tiempo libre han ido dirigiéndose hacia la moda, aumentando su popularidad y captando a las nuevas generaciones de consumidores debido a sus posibilidades de uso y confortabilidad.

Según Euromonitor, nueve de cada diez consumidores informan que usan ropa deportiva para actividades distintas del ejercicio físico y las celebridades e influencers han fomentado y generado esta nueva tendencia. El retail y las marcas han respondido a esta demanda de los consumidores mediante la adición de ropa deportiva “con un toque de moda” y más funcional a sus líneas de producto, lo que reduce el espacio de superficie disponible en las tiendas para el denim.

Otro punto significativo es el sentimiento de traición a su lealtad que experimentan los clientes de jeans cuando su marca favorita cambia la calidad y la composición del tejido para sus modelos disminuyendo su confort y su atractivo look final.

Los problemas de calidad que los clientes vienen experimentando en los últimos tiempos están perjudicando claramente la competitividad y las ventas. La valoración de los clientes sobre las compras de jeans revela que la decoloración, la reducción intensiva, la falta de recuperación del estiramiento, el rápido desgaste y el olor fueron los principales problemas de calidad detectados. Muchos de estos problemas podrían haberse evitado con un procesamiento textil adecuado y con el uso de materiales de buena calidad. Estos problemas detectados motivan a los consumidores a posponer nuevas compras de pantalones vaqueros o en el mejor de los casos, a cambiar de marca.

Jeans, millennials y consumidores conscientes

Los consumidores de denim son dos veces más propensos a calificar a los pantalones negativamente si experimentan problemas con la formación de bolas en el tejido, picazón o falta de durabilidad. Los problemas de durabilidad pueden estar relacionados con un procesamiento inadecuado, pero los problemas de pilling y la comezón son más a menudo el resultado de una mayor presencia de fibras sintéticas en la composición de la tela vaquera. La adición de fibras no tradicionales, tales como el poliéster, se ha incrementado dramáticamente en los últimos años. Todo ello no ha pasado desapercibido entre los consumidores que comienzan a quejarse porque sus pantalones vaqueros vienen perdiendo el distintivo de los jeans, su clásico “final look”.

El consumidor de hoy es más pragmático, respecto de sus necesidades y en su búsqueda comercial, al decidir gastar su dinero en la compra de indumentaria. Por lo tanto, cuando el denim no satisface las expectativas, los clientes responden cambiando de marca o incluso buscando un artículo sustituto.

Calidad y producción responsable

Abordar el tema de la calidad y analizar exhaustivamente la utilización de más algodón en la composición del tejido se han convertido en los nuevos hitos que la industria del jean necesita superar para mejorar las ventas de sus pantalones y garantizar que sigan siendo competitivos en comparación con otras prendas de vestir.

A medida que la demanda de tejidos más sostenibles aumenta, más marcas están introduciendo denim ecológico en sus producciones, hechos con algodón orgánico o de tela vaquera reciclada. Tales productos se comportan sorprendentemente bien en el mercado, incluso si tienen un precio algo más alto, ya que cumplen con las expectativas y necesidades de los consumidores conscientes que están dispuestos a pagar más por productos e iniciativas socialmente

responsables. Al mismo tiempo se ofrece un producto de mayor calidad ya que la producción responsable y sostenible produce una prenda con mejores atributos.


Nota del Editor: Gabriel Farías Iribarren es especialista en aprovisionamiento textil, con una importante experiencia internacional en aprovisionamiento, compra y producción de textiles y accesorios en América del Sur, Europa y Asia. Para más información, visite gabrielfariasiribarren.com o contacte a gfi@gabrielfariasiribarren.com


 

Mayo-Junio de 2018

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